tribunales
Uno de los atracadores de dos bancos en Chiclana y Jerez: «No quiero salir de aquí con los pies por delante»
El ciudadano italiano detenido por estos robos en el que retuvieron a varios rehenes asegura en el juicio que está amenazado de muerte por implicar al otro imputado, el supuesto cabecilla
La Fiscalía pide para los dos procesados seis y cinco años de prisión
Segunda y última sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Cádiz contra los dos acusados de haber atracado en noviembre de 2019 y en febrero de 2020 dos bancos en Chiclana y Jerez. Los supuestos ladrones entraron armados con una pistola y amenazaron a empleados y clientes a los que retuvieron durante unos angustiosos minutos como rehenes. Fueron detenidos tras activar un impresionante dispositivo policial cuando querían darse la fuga tras el robo de la sucursal jerezana.
La vista se ha centrado en escuchar los informes y conclusiones de las partes después de que se hayan formulado todas las pruebas. Solo quedaba por exponer una de ellas y ha sido la aportada por los peritos que hicieron el estudio fisionómico de los imputados tras los hechos revisando las imágenes que se les envió y que fueron captadas por las cámaras de videovigilancia de ambas sucursales.
En ellas se veía a los presuntos ladrones, ambos de procedencia italiana, entrando en los bancos. En el caso del de Chiclana uno de los acusados lo hacía a cara descubierta. M., el más joven. A este respecto, los peritos han determinado que el grado de certeza de que esa persona es la misma que se detuvo posteriormente es elevada (un más 3). Además, los peritos relacionaron dichas pruebas con las reseñas tomadas por la Policía a los arrestados tras su arresto. Han asegurado que todo coincide. «Son los mismos», reiteraban.
Tras ello, la fiscal elevaba a definitiva su acusación provisional por la que pide que los dos procesados sean condenados a seis años y cuatro meses y cinco años de cárcel al considerar que existen «pruebas suficientes» de que son los autores de cinco delitos de detención ilegal en concurso con robo con violencia con uso de arma de fuego.
Así expuso que el 27 de noviembre de 2019 a las 8.31 de la mañana M. entró a cara descubierta en el banco de Chiclana y tras «asegurar» la zona, accedió tras él su compinche que se tapó el rostro con un pasamontañas. Para la acusación esta segunda persona era quien «tomó el mando dando las órdenes» y portaba una pistola. Así apuntó al empleado que estaba en la caja para que le diera el dinero que se encontraba en el reciclador y al no poder por el sistema de seguridad, el supuesto ladrón se metió en el despacho de la subdirectora. Fue entonces cuando amenazándola le dijo: «Sé todo de ti», forzándola a que abriera la caja fuerte.
Entonces metieron a todos los empleados y personas que se encontraban en la sucursal en un habitáculo y les quitaron los móviles para que no pudieran avisar a nadie. Introdujeron el dinero, unos 80.000 euros, en dos bolsas y se dieron a la fuga. Posteriormente, el 27 de febrero fue cuando actuaron en Jerez «con idéntico modus operandi» pero en esta ocasión fueron detenidos antes de huir.
¿Participaron los dos?
El Ministerio Fiscal aseguró que sobre el más joven no hay duda de su participación. Primero, porque en el primer robo iba a cara descubierta y fue grabado, y luego fue detenido y, además, según se ha visto en el juicio, llegó a confesar por ambos hechos ante la Policía en una primera declaración.
Sobre el segundo, E., de unos 50 años, señalado como el 'jefe', para la acusación existen pruebas de peso que lo inculpan. Las declaraciones de su supuesto compinche, las fisionómicas, la versión de las víctimas, la misma forma de actuar, el mismo arma... además de que a pesar de ser italiano está domiciliado en Chiclana «por lo que conocía la sucursal», o también, que le constan antecedentes por hechos similares de 2010 y 2011.
Sobre el cambio de declaración del implicado más joven que durante el juicio se ha mostrado más reacio a señalar a su supuesto compinche como coautor de los hechos, tanto la acusación como su propia defensa han argumentado que se siente amenazado. En su declaración ante el tribunal este imputado llegó a decir: «Prefiero comerme yo todo, a salir de aquí con los pies por delante», en una presumible alusión a que está recibiendo coacciones. Un hecho que, según su abogada, le ha llevado a renunciar a una posible conformidad que con su confesión le hubiera rebajado ostensiblemente la pena.
El abogado de E. pedía la absolución de su representado al considerar que no existen pruebas para condenarlo y destacando que el propio M. le ha terminado por exculpar. «El pasamontañas impide el reconocimiento. Todo lo que hay son indicios, meras conjeturas, no hay pruebas», aseguró.
Por su parte, la letrada de la defensa del más joven solicitó que se tenga en cuenta el atenuante de confesión para su cliente que ya cuando fue detenido «ayudó a encauzar la investigación». De este modo pide una pena alternativa de cuatro años y tres meses. El juicio quedaba este martes visto para sentencia.