Cádiz
El anuncio de Spagnolo sobre los Cayetanos que tiene a España revolucionada: «Hemos querido dar un golpe en la mesa»
El gaditano Israel Lamparero está detrás de la campaña publicitaria que ha impactado por la contundencia de su mensaje: «Hay que acabar con el miedo de llevar una bandera de nuestro país»
'Eh, tú. El que va de modernito ¿Qué ves aquí? Efectivamente, un cayetano, españolito rancio... Todo lo contrario a ti. Rancio eres tú». La campaña publicitaria de Spagnolo es impactante, poderosa y muy arriesgada. Profundiza en los estereotipos que impregnan el imaginario popular y que tanto dividen a la sociedad, pues las ideas preconcebidas son por definición desacertadas e injustas.
El anuncio muestra a un grupo de 'Cayetanos' y el mensaje es bidireccional. De ataque (irónico, burlesco, no agresivo) a ese bloque o sector autodenominado progresista, y de arenga a los propios, más 'conservador' entendiendo este mundo polarizado. «Quizás haya algo que esos cayetanos sí que hacen muy bien: Ni reniegan de lo que son, ni temen convertirse en otra cosa. ¿Y tú?». Un mensaje de autoafirmación que esperan que recoja su público objetivo.
Cuidado con mucho detalle en la imagen, agresivo en el mensaje, acentuado por la voz en 'off' que arrastra esa etiqueta del 'españolito rancio' o 'niño de papá': «Todo lo contrario a ti. Con su coche caro, sus zapatitos náuticos, su cara perfecta, todos iguales. Nada que ver contigo, que tienes ese rollazo único...».
Los Lamparero, propietarios de Spagnolo
Tras la firma de Spagnolo se encuentra Israel Lamparero, jerezano de nacimiento afincado en El Puerto de Santa María, uno de los propietarios de esta empresa familiar y director de marketing de la prestigiosa firma de moda. «Sí, sabemos que es muy arriesgada, pero queríamos dar un golpe en la mesa». Este gaditano de Valdelagrana está curiosamente en las antípodas de lo que se llama, de forma despectiva, cayetano. Ha trabajado de DJ, le encanta el hip hop, es skater y hasta se dejó el pelo largo para salir en un romancero pues le encanta el Carnaval. Es más, fue protagonista en el programa 'El jefe infiltrado' de la Sexta. Pero entre bromas y comentarios triviales, hay una cuestión que le causa un profundo dolor: y es que en España se muestre el rechazo a la bandera.
«Estoy muy cansado con ese tema», reconoce. «No deja de sorprenderme. He vivido en Estados Unidos, donde hubo una guerra civil mucho más cruenta, y allí toman la bandera como suya. En su casa, en su coche... y aquí me encuentro con chicos a los que les encanta nuestra marca, nuestra ropa, y me dicen que no se la ponen porque les llaman facha, cayetano o Pequeño Nicolás»«.
La gota que colmó el vaso y que le ha llevado a reaccionar se desbordó en un colegio. «Le puse la sudadera a un niño y la madre me dijo que le encantaba. '¡Qué pena que no se pueda poner?' Le pregunté el motivo y me dijo que los compañeros, chiquillos de 8 años, le llamaban facha. Y eso no son los niños. Son sus padres, y están enfermos»«.
"Es doloroso escuchar a ciertos sujetos algunos comentarios estereotipados"
«¿Facha por llevar la bandera de tu país?», se pregunta. Su amigo norteamericano le pregunta entonces si todos los que van a ver a Nadal, Alonso o la selección española de fútbol son fachas. «En el deporte parece que vale. Pero por la calle...». Lamparero asegura que «yo soy la persona menos facha del mundo, pero sí muy orgulloso de España. Del país, de la cultura, la gastronomía, el sentido del humor, sus fiestas... Es el número uno del mundo, somos la envidia del planeta, a todos les encanta y por eso vienen tantos turistas. Le gusta a todos menos a los españoles».
Incluso él mismo 'cayó' en su propia trampa. «Spagnolo se remonta en su origen a mi bisabuelo, pero renace en una plaza en Sevilla, en 2005. Mis hermanos estaban tomando cervecitas, porque las mejores ideas en este país siempre nacen en los bares, y se fijaron como otras marcas utilizan banderas de Argentina, de Reino Unido, Estados Unidos... y pensaron usar la nuestra. Yo les dije que ni se les ocurriera, y gracias a Dios no me hicieron caso».
«El toro ya estaba, y no íbamos a poner una paella», bromea. «Por eso es doloroso escuchar a ciertos sujetos algunos comentarios estereotipados. Y el vídeo hace hincapié en eso, «en que hacemos las mismas cosas, unos y otros. Y nos estamos encasillando».
La idea del anuncio es del propio Israel ejecutada magistralmente por la empresa encargada de la campaña 'Hello Monday'. Detrás hay muchas horas de trabajo, incluso de entrevistas en institutos y facultades a jóvenes adolescente. El resultado, «un éxito absoluto».
«Era arriesgado, pero llega un momento que si no lo paramos, esto puede ir a peor, y hemos querido dar un golpe en la mesa. Dejarse de tonterías. Queríamos hacer ruido, lo hemos logrado y hacer cambios en la mentalidad. Somos el único país del mundo que tiene problemas con su bandera y son los extranjeros los que más la compran en los establecimientos». Por eso, advierte. «Vamos a seguir haciéndolo. Vamos a intentarlo. Hay que erradicar esa palabra: 'miedo'. Miedo a llevar una ropa, una bandera».
En estas primeras horas asegura que «por cada comentario malo, hay 200 positivos». Les han compartido influencers, han salido en medios de información nacionales. «Ha tenido mucha repercusión. Es 'algo que la gente quería oír pero nadie decía'. Existe una mayoría silenciosa» y pocos lo han malinterpretado. «Los que se denominan 'ultraizquierda' nos van a criticar, pero en general ha sido un éxito. Y el mejor comentario es éste: 'No os conocía, pero habéis ganado un cliente'. Que no es único».
Una empresa familiar
La firma Spagnolo es joven pero su origen se remonta al año 1933, cuando el bisabuelo, primera generación (ahora es la cuarta) fundó la empresa textil Transformados del Sur, en Córdoba. «Desde antes la familia ya recogía algodón y confeccionaba las prendas. Fue bombardeada durante la guerra civil (tenemos incluso guardada la bomba) y fue mi padre quien estudió ingeniería industrial textil en Barcelona», continuando con la saga.
Israel Lamparero nació en Jerez aunque siempre ha vivido en El Puerto de Santa María. Su progenitor trabajó en 'Pronto moda', en la Zona Franca de Cádiz, hasta que la crisis del sector con la llegada, entre otros motivos, de los grandes almacenes, terminó con el negocio. Los hermanos lo retomaron a principios de este siglo y se ha consolidado en el mercado.