PESCA

Las almadrabas gaditanas cierran una temporada épica de pesca con la última 'levantá' en Tarifa

El 1 de junio se dio por concluida la campaña, que arrancó el pasado 14 de abril en Conil

La abundante presencia de atunes en el Estrecho llevó a los almadraberos a adelantar una semana el inicio de la pesca

Captura de atunes en la almadraba de Zahara LA VOZ

JAVIER RODRÍGUEZ

CÁDIZ

La almadraba de Tarifa se ha encargado este año de cerrar el ciclo de pesca del atún rojo salvaje en la costa gaditana con una última 'levantá' el pasado 1 de junio. Durante esa jornada se capturaron 12 ejemplares. La temporada de pesca arrancó este año antes que nunca debido, según los propios almadraberos, a la abundante presencia de atunes en el Estrecho. La almadraba de Conil fue la más madrugadora con la primera 'levanta' de la temporada el 14 de abril y una captura de 50 ejemplares.

El sector considera insuficiente la cuota asignada para este arte de pesca milenario y, de nuevo, volverá a pelear el próximo noviembre en la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), organismo internacional que se encarga de velar por la especie, para que abra la mano y amplíe la cuota a todas las almadrabas del país.

Las almadrabas gaditanas -Barbate, Tarifa, Zahara y Conil- han contado este año con un aumento de la cuota de pesca del 10%. La ICCAT celebró el pasado noviembre en Vila do Lobo (Portugal) su reunión anual para regular la actividad pesquera a lo largo de 2023. La flota española ha contado en esta edición con una cuota de 6.784 toneladas de captura de atún rojo salvaje, lo que ha significado un incremento del 10% con respecto a 2022. De esta cantidad, las almadrabas gaditanas han dispuesto de 1.643 toneladas.

 

El sector volverá a reclamar una mayor cuota en el foro internacional ante la evidente recuperación de la especie

 

 

Este aumento ha sido fruto de la mejora que sufre la especie en materia de reproducción, sin embargo, la asignación a las almadrabas gaditanas es a todas luces «insuficiente» ante la abundante presencia de atunes en el Estrecho desde el inicio de la primavera, lo que obliga a soltar ejemplares de los copos almadraberos cada vez que se produce una 'levantá'. Los responsables del sector lamentan que la cuota asignada el año pasado se haya congelado hasta 2025, es decir, será la misma salvo modificación de última hora. El sector quiere volver a la época de esplendor de la pesca de 1999.

El incremento que ha sufrido la cuota en 2023 es consecuencia de una buena situación del atún rojo, lo que ha permitido al ICCAT abrir la mano levemente y adoptar un proceso de gestión con un mecanismo que se basa en un ciclo de 3 años, con un 60% de probabilidad de que se mantenga el estado del stock. En cinco años, entre 2018 y 2023, la cuota de pesca de las almadrabas de Cádiz solo ha crecido en 293 toneladas.

El reparto de esas 1.643 toneladas ha sido el siguiente: la almadraba de Barbate ha tenido asignadas 454 toneladas, mientras que la de Zahara 426, la de Conil 413 y la de Tarifa 349. No obstante, almadrabas como la de Barbate, que explota la firma Petaca Chico, optó, un año más, por sumar cuota comprando para ello parte de ellas en pesquerías del Cantábrico y País Vasco. La firma Petaca Chico, según confirmaron en su momento a LA VOZ, compró 454 toneladas fuera de Cádiz.

Desde la Organización de Productores Pesqueros de Almadrabas (OPP51), que integra a las almadrabas de Conil, Zahara y Tarifa, que operan bajo la marca de Gadira, se ha puesto de manifiesto que el 30% de las capturas se han ido al mercado de Japón y el resto se ha repartido entre el mercado nacional y el internacional.

Su directora gerente, Marta Crespo, ha destacado a LA VOZ que tocará de nuevo pelear en la ICCAT para aumentar cuota. Insiste en que las almadrabas constituyen «un arte de pesca sostenible y nada agresivo».

Las almadrabas gaditanas también aumentaron plantilla para esta campaña de 2023 que acaba de finalizar, sobre todo personal de tierra y, en el caso de la de Barbate, un refuerzo específico del equipo de buzos. Como se recordará, el sacrificio de los atunes en el copo también ha cambiado. Ahora los buzos son los que se encargan de abatir al atún con una lupara que proyecta una aguja percutora y evita el sufrimiento del animal cuando sale a flote para su captura y embarque.

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