TERRORISMO
«Los policías vascos aprendimos que las rutinas podían matarnos»
El policía vasco Alberto Martín narra en Tomares su lucha contra el horror de ETA
«Policías, jueces y periodistas luchábamos cada día por seguir con vida en la Euskadi donde mataba ETA» . Así de contundente, y con un claro sentimiento de rabia y dolor, se expresaba este martes Alberto Martín, autor de «Historia de un juguete roto» y ertzaina durante 20 años.
El policía vasco ofreció una conferencia en Tomares, donde explicó en qué consistía su obra y cuál era su objetivo desde que, tras tres operaciones de columna, se viese obligado a jubilarse. «Quiero lograr lo que las autoridades no han podido, o no han querido,durante estos años, que no es otra cosa que reconocer, honrar y recordar a las víctimas del terrorismo en Euskadi, muchos de ellos agentes de la autoridad», recordaba.
Y es que Alberto Martín ha tenido un papel muy importante en algunos de los episodios más cruentos que la banda terrorista ha protagonizado en el País Vasco y ha participado en la detención de dos comando de ETA. Entre sus experiencias destaca el asesinato de Miguel Ángel Blanco. El ertzaina, que ahora reside en Andalucía y que «no se ha visto capaz» de volver a su comunidad de origen, estuvo acompañando a la familia del concejal popular durante los momentos más duros y quien le comunicó que habían encontrado su cuerpo sin vida, una labor por la que el Parlamento Europeo lo condecoró en 1997.
Además, explicó al público tomareño otros caso que vivió de cerca y que no ha podido olvidar nunca: el atentado que acabó con la vida de Fabio Moreno, uno de los dos hijos mellizos de dos años de edad de Antonio Moreno, guardia civil. El niño murió a causa de una bomba colocada en el coche familiar cuando su padre los recogía de natación a él y a su hermano, que resultó herido.
«Los ertzainas aprendimos desde el primer día que no podíamos tener rutinas, que si íbamos a por nuestros hijos dos días seguidos o vivíamos mucho tiempo en el mismo sitio, nos podían matar» , relataba. Precisamente las costumbres diarias o frecuentes fueron, recordaba el policía vasco, un factor determinante en uno de los atentados más significativos para Sevilla, el de Alberto Jiménez Becerril y su esposa, Ascensión García. «ETA ha matado a 836 personas, la mayoría de ellas en el País Vasco, comunidad a la que siguen Madrid y Andalucía», explicaba.
Enseñar a la juventud
Por otro lado, Martín reprochó a las autoridades «que no trabajen por recuperar la memoria histórica reciente de lo que sucedió en Euskadi», y pidió a la sociedad que «se posicione contra cualquier tipo de violencia y luche contra el olvido». «La juventud está muy alejada del reconocimiento y los valores que merecen las víctimas del terrorismo vasco , hay jóvenes de dieciséis años que ni siquiera saben quién es Miguel Ángel Blanco». «Durante mucho tiempo se les ha denominado muertos, ni siquiera víctimas, es hora de cambiar eso», insistía.
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