Emprendedores

La pila «acuática» que se puede usar en situaciones extremas, el nuevo invento del «Da Vinci del Aljarafe»

El polifacético tomareño, inventor y empresario, patenta una pila recargable que funciona con agua y que puede estar sin uso durante diez años

Leocadio Ramos presenta la pila Biosfera, su último proyecto ABC

J.R. Pérez

«Edison tenía inventos para doce vidas. Yo creo que por lo menos tengo inventos para una vida más». Mejorar la vida cotidiana de la gente ha sido el verdadero motor que ha llevado a Leocadio Ramos, empresario e inventor tomareño de 61 años, a desarrollar numerosos productos de invención propia. El nuevo invento del «Da Vinci del Aljarafe» es una pila que se activa con agua, y que está pensada para ser utilizada en situaciones extremas.

Este incansable emprendedor, que tiene su centro de operaciones en el polígono PISA de Mairena de Aljarafe, donde se localiza su empresa LRTech Sevilla , es un apasionado de disciplinas como la óptica -inventó unas gafas articuladas que le granjearon importantes ventas internacionales- o la generación de energía eléctrica , actividad en la que se encuadra su último invento.

Este producto es el resultado de una larga investigación que comenzó hace tres años, cuando Leocadio Ramos realizó las primeras pruebas en un recipiente lleno de agua salada, que han desembocado en estas innovadoras baterías.

Situaciones extremas

El dispositivo desarrollado por el empresario tomareño es una pila muy ligera -pesa apenas 11 gramos-, al estar fabricada con magnesio. Es una batería de tipología doble y triple A (AA, AAA), diseñada para ser utilizada en dispositivos de bajo y medio consumo y que puede recargarse hasta en cinco ocasiones . La pila funciona durante diez años, en los que se encuentra «en estado de hibernación», y se activa al introducir líquido -principalmente agua- en un material metálico conductivo.

Con el líquido en su interior, el tapón se cierra de forma hermética y se produce la electrolisis en el momento en que un reactivo seco entra en contacto con el líquido. De esta manera, se genera una tensión eléctrica que inicialmente oscila entre los 1,8 y 2,2 voltios, y una intensidad eléctrica que Leocadio Ramos reconoce como «inferior al amperaje de las pilas que utilizamos habitualmente, pero suficiente».

En su primera carga, la batería puede proporcionar una autonomía de hasta 8 horas . Con las sucesivas recargas, el voltaje, el amperaje y el tiempo de uso experimenta una reducción progresiva.

El polifacético empresario ha bautizado su invento como Biosfera , un nombre con el que transmite su polivalencia, al poder ser empleado en lugares tan diversos como en fondos marinos o nuestra vivienda. Y es que la pila está pensada para ser utilizada en situaciones cotidianas, como apagones en casas, pero sobre todo en momentos de emergencia extrema , propios de la práctica del montañismo, del submarinismo o en una acampada.

Este inventor está muy concenciado con la importancia de proteger el medio ambiente y por ello ha procurado utilizar materiales ecológicos en la fabricación de la pila. «No contiene mercurio, ácidos o cadmio. Se puede tirar a la papelera, no tiene ningún impacto negativo en el planeta», insiste.

Al contrario que en los productos que ha desarrollado con anterioridad, Ramos no piensa a día de hoy en patentarlo puesto que «cuesta una fortuna» y asume que alguna empresa podría quitarle la idea cambiando algún elemento.

Respecto a su futura comercialización, piensa en ofertar también «un portapilas que incluya cuatro baterías de agua», con un puerto USB, que cargue la batería de un smartphone hasta un 10 o 15 por ciento, cifra que permita realizar varias llamadas, que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones extremas.

Un prolífico inventor

La pasión por la invención ha llevado a Leocadio Ramos a tener registrados cuatro inventos en la Oficina Española de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Su invención más exitosa en términos comerciales hasta el momento ha sido el faldón luminoso , que permite que la publicidad de los comercios sea visible de noche. Ramos reconoce que, pese a que «se está vendiendo muy bien en Madrid y Barcelona», el crecimiento es lento, aunque está convencido que este sistema es el futuro del toldo.

Hace unos meses también presentó el «capirocool», un dispositivo de refrigeración que se adapta a los capirotes de rejilla , con el que busca evitar que se produzcan lipotimias entre los nazarenos en Semana Santa. El empresario tomareño explica que ha vendido «400 unidades entre Córdoba, Málaga y Sevilla» y está convencido que su implantación definitiva se producirá el próximo año.

Su gusto por el pilotaje ha influido también varias de sus creaciones. Hace años inventó un casco para motoristas que puede ser plegado cuando se deja de usar. Otro de sus proyectos predilectos es «Desir» , un vehículo compuesto por elementos del fuselaje de un avión y con estética de los años cuarenta. Son numerosas las investigaciones en las que Leocadio Ramos se encuentra inmerso en la actualidad y con las que, a todas luces, nos seguirá sorprendiendo.

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