Sucesos
Pierde un ojo tras recibir un puñetazo en un bar sin mediar palabras en Camas
La Audiencia Provincial de Sevilla condena a cuatro años de prisión al agresor
«Tú, qué miras con ese bigote». «Qué pasa, que no se puede mirar». No mediaron más palabras cuando J.J.G. le propinó un fuerte puñetazo en el ojo izquierdo a J.R.M, que cayó de forma instantánea al suelo del bar de la localidad de Camas en el que se encontraban ambos varones. Como consecuencia de aquel golpe en la cara p erdió ese ojo .
Por estos hechos la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a J.J.G. a cuatro años de prisión por un delito de lesiones, al tiempo que deberá indemnizar a la víctima en la cantidad de 70.000 euros .
El 26 de julio de 2014 , sobre las cuatro de la tarde, el acusado se encontraba en un bar de Camas , en el que llevaba desde primera hora de la mañana bebiendo y molestando a los clientes, según el camarero. En el establecimiento se encontraba también la víctima. En un momento determinado, el ahora condenado increpó a J.R.M. diciéndole: «Tú, qué miras con ese bigote». El otro respondió: «Qué pasa, que no se puede mirar».
De forma sorpresiva
De forma sorpresiva y «con ánimo de menoscabar su integridad física», le propinó un fuerte puñetazo en el ojo izquierdo , que le hizo caer el suelo.
Las consecuencias fueron muy graves. El agredido sufrió perforación ocular del ojo izquierdo, precisó ingresó hospitalario e intervención quirúrgica por oftalmología. Por supuesto, le quedaron secuelas. Perdió el ojo izquierdo y necesitó de prótesis por estética inaceptable.
El tribunal no tiene ninguna duda del puñetazo, fuerte y directo, por las declaraciones de los implicados y de los testigos. Además rechaza la versión del agresor de que existió una pelea previa y que él medió, siendo agredido por la víctima.
«Queda excluida la acción imprudente», señala la Audiencia, que refleja que el acusado, mucho más alto y corpulento que la víctima, propinó un fuerte y certero puñetazo, dirigido al ojo, de manera sorpresiva. Era «consciente» de que podía causar un resultado tan negativo a la víctima.
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