Perfil de la víctima: mucho más que una cifra estadística

Carmen no es sólo la víctima número 9 en una estadística teñida de sangre . Es mucho más que una cifra. Fue la madre de un adolescente de 14 años, « una trabajadora incansable y una buena persona que ayudó a mucha gente en el pueblo», señalaba ayer Rocío, otra de sus vecinas. Llevaba más de diez años viviendo con Juan en la casa de la calle Virgen de la Paz. Su pareja venía de una relación anterior frustrada en su localidad natal de Umbrete. donde reside su hija mayor.

En el barrio y en el Ayuntamiento recuerdan el papel activo que Carmen tuvo el año pasado en la lucha que protagonizaron varios colectivos para que una promoción de viviendas de protección, situada en la finca de Horcaperros, se adjudicaran bajo el sistema del alquiler social a las familias sin recursos del pueblo. «Cuando se enteraba que alguien estaba pasando apuros, se prestaba a ayudarle».

Además de la lucha en el terreno de la vivienda , Carmen también estaba implicada en el día a día de su barrio a través de la asociación de vecinos de Vistahermosa . «Era muy luchadora y como ahora estaba en paro, dedicaba mucho tiempo a los demás».

Una de las últimas imágenes que se tienen de ella es repartiendo bebidas en un taller organizado por el colectivo vecinal. «Estaba para todo y para todos».