PILAS

El narcotraficante de los helicópteros claudica

José María Ramírez, el hombre clave de los narcovuelos con sello andaluz, ha sido condenado por la Audiencia de Sevilla

La nave que abandonó el piloto en 2013 en Pilas y que va a llevar a la cárcel al jefe de los narcovuelos ABC

Silvia Tubio

Cualquiera que quisiera entrar en el negocio de la droga , necesitaría dinero y sobre todo contactos. Si además quiere especializarse en el narcotráfico aéreo y desarrollar las operaciones en el sur de Europa, tarde o temprano se tendría que ver con José María Ramírez.

Él es el hombre clave del tráfico de drogas que se mueve por los aires, sin luces y esquivando los radares. La Guardia Civil lleva más de diez años investigando y deteniendo a este utrerano afincado en Jerez. Un auténtico dolor de cabeza que siempre aparece en las últimas grandes operaciones del Instituto Armado contra los narcovuelos.

Detenido una y otra vez pero que se beneficiaba de la l entitud de los procesos judiciales , que tardan años en juzgarse y permiten seguir en el negocio.

Este lunes, Pepe el Pastor , como también se conoce a Ramírez, claudicaba y aceptaba una pena de tres años, a la que presumiblemente se sumará un año más por impago de la multa de casi 900.000 euros que le reclamaba el Ministerio Fiscal por un delito contra la salud pública.

En 2008 aparecía como lugarteniente del que fuera hombre de confianza del espía Paesa, quien estuvo detrás de la fuga del exdirector general de la Guardia Civil Luis Roldán

La pena está lejos de los nueve años y medio que reclamaba de inicio la Fiscalía por un transporte fallido de 300 kilos de hachís que el piloto abandonó en un campo de Pilas . Pero con un material probatorio limitado y con uno de los tres acusados muerto, la sentencia por conformidad se puede considerar todo un éxito, como admiten en el seno de la investigación.

En la Sección Primera de la Audiencia Provincial se celebró ayer el juicio que sentó en el banquillo a José María Ramírez y a su socio José María Briceño , quien también ha acatado una pena de dos años de prisión por un delito de blanqueo. En esta causa también estaba procesado el piloto que llevaba el helicóptero cargado de droga, un colombiano exmilitar que murió antes de la vista oral en un accidente aéreo cuando manejaba una aeronave.

El fallecido iba al mando de un Robinson R-44 que partió del cerro de Gibalbín (Jerez) el 25 de febrero de 2013 con destino a Asilah (Marruecos) para cargar la nave de fardos de hachís . A cinco minutos de la medianoche, un helicóptero de la Guardia Civil detectó la entrada sospechosa de la aeronave y la sometió a vigilancia.

Imagen de archivo de un helicóptero escondido en un pajar ABC

El piloto tuvo que percatarse que algo iba mal porque aterrizó en Pilas , abandonando el Robinson con el motor en marcha y toda la mercancía en el interior. Unos 300 kilos de hachís que se valoraron en más de 440.000 euros.

En su huida no sólo se dejó la droga , sino también una huella en un GPS que sirvió a la Guardia Civil para identificarle y desenmascarar, una vez más, otro de los negocios de Ramírez. El equipo antidroga de la Comandancia de Sevilla cerró a primeros de marzo cinco detenciones y la incautación de una segunda nave en Osuna : un autogiro que iba a ser empleado supuestamente para los mismos fines.

Ramírez consta como el empresario que puso el dinero para adquirir el helicóptero; mientras que su socio José Luis Briceño es la persona que viajó hasta Francia para comprarlo. Además, constituyó una sociedad pantalla ( Blue Atlantic INC ) para que constara como titular de la aeronave. Una treta habitual en el negocio de los narcovuelos.

De pastor a traficante

José María Ramírez nació en Utrera hace 46 años, auque lleva años afincado en Jerez . Ya con 30 años estuvo investigado por la Guardia Civil de Sevilla por el robo a un narcotraficante. Pero su nombre comienza a ser recurrente en los grandes operativo contra el tráfico de drogas a partir de 2008, cuando su voz sale en las conversaciones grabaciones de la «operación Ládano», una investigación de la Comandancia de Cádiz .

Por aquel entonces, los agentes se encuentran con un «hombre tosco, de campo », al que los conocidos lo llamaban Pepe el Pastor o el Follacabras por sus orígenes humildes. Pero que sin embargo aparece como administrador único de una serie de empresas sin movimiento comercial, que los investigadores están convencidos de que servían para blanquear las ganancias de la droga.

En la cúpula de la organización, el Instituto Armado situó a un piloto de líneas aéreas comerciales , muy conocido por los más veteranos del cuerpo, que había sido hombre de confianza del espía español más conocido: Francisco Paesa .

Tras la operación Ládano, llegaron otras más como la Gibalbín (2011) o la Volaor-Martillo (2015) donde una y otra vez aparecía al frente de la organización el Pastor. Él es quien recluta pilotos, adquiere las aeronaves y busca la infraestructura para ocultarlas. El hombre de los contactos que controla los cielos por el sur de Europa, la gran puerta de entrada del hachís a nivel mundial.

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