SUCESOS

El grito de auxilio de Carmen: «Me han pegado un tiro, ayuda»

Esta sanluqueña recibió un disparo de escopeta de su marido, quien después se suicidió

Una de las últimas imágenes de la víctima durante la celebración de un taller ABC

SILVIA TUBIO

«Me han pegado un tiro». Ésa fue la llamada de auxilio de Carmen Almansa al teléfono de emergencias 112. No pudo decir más. Consumió sus últimas energías en pedir ayuda, al mismo tiempo que su hijo, de 14 años, salía a la calle reclamando socorro de sus vecinos. Su padre, Juan Guerrero, acababa de disparar a su madre y se había suicidado después usando la misma escopeta de caza. La quietud de la noche en la barriada de Loreto de Sanlúcar la Mayor saltaba en pedazos en la madrugada de ayer.

Varias personas salieron a la calle al escuchar los disparos y al niño gritando. Una de ellas fue María, cuya vivienda linda con la casa de la víctima por la parte trasera. «La habitación de mi hija da con la pared de su habitación». Esta sanluqueña no supo identificar los ruidos de los cartuchos detonados , creyó que era un golpe, al que le siguió otro que define como «algo pesado» que se caía al suelo. Sin embargo, al oír que un revuelo iba creciendo en el exterior, abandonó su casa.

Según los testigos, el hijo de Carmen estaba junto a ella cuando llegaron los servicios sanitarios. «Aguanta mamá, que ya llegan» , le decía. El equipo médico entró en el número 15 de la calle Virgen de la Paz y la madre seguía con vida, pero no pudieron reanimarla. A las 3.10 de la mañana certificaban su muerte.

El adolescente había intentado mediar en la discusión de sus padres y se interpuso entre los adultos para repeler la agresión que acabaría matando a Carmen, pero no pudo evitar el trágico desenlace. Su padre descerrajó una vez su escopeta repetidora, con cartuchos del doce, sobre su esposa. Con una munición que se usa para la caza y a corta distancia, la víctima no tuvo oportunidad.

Tres patrullas de la Guardia Civil se personaron en el domicilio y acordonaron la entrada para preservar el escenario del crimen. A las 7.30 horas, la juez autorizaba el levantamiento de los cadáveres , que fueron enviados al Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia. Se espera que hoy sea enterrado el matrimonio.

Bajo tratamiento y con licencia de armas

La Guardia Civil confirmaba que Juan Guerrero, de 46 años y conocido también como «El Chícharo», tenía licencia de armas para la práctica de la caza . Tenía dos escopetas y una carabina. El permiso expiraba en mayo del año próximo, cuando debía volver a presentar la documentación para renovar la licencia, confirmó la Guardia Civil. Unos papeles que incluyen un certificado médico.

Pero la pregunta que se hacían ayer los vecinos es cómo el Chícharo podía tener permiso de armas a pesar de estar bajo tratamiento médico por depresión. Fuentes de la Benemérita confirmaron que han abierto una investigación para esclarecer qué pudo ocurrir para que una persona bajo tratamiento tuviera acceso a las armas. La licencia que tenía el autor del crimen se renueva cada cinco años hasta que el poseedor cumple los 60, cuando pasa a tener una periodicidad de dos años.

Si durante el tiempo de vigencia del permiso se produce alguna modificación en las capacidades físicas y psíquicas, el titular debe comunicarlo. También puede ser denunciado por una tercera persona.

Segundo caso de violencia de género en Sevilla

El equipo de Mujer y Menor (Emume) de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación, confirmando desde primera hora que el caso se encuadraba dentro de la violencia de género. Una explicación que también avaló el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), cuya directora, Ángeles Sepúlveda, achacaba a «una realidad que seguirá reproduciéndose mientras la sociedad y las instituciones no erradiquen la estructura patriarcal y machista en la que se basan».

Si bien, el asesino, en este caso, no tenía antecedentes, no había sido denunciado antes y en su entorno niegan esta versión. « Nunca le vimos tratarla mal» , decían ayer varias vecinas.

El hijo del matrimonio, la otra víctima de esta tragedia familiar, se ha quedado a cargo de sus abuelos maternos, la familia más próxima que tiene en el pueblo ya que su padre procedía de Umbrete.

Sanlúcar la Mayor se vistió ayer de luto hasta la medianoche del domingo por la novena víctima andaluza, la segunda de la provincia, que entra a engrosar la terrible estadística negra de la violencia machista en 2015.

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