ALJARAFE
Confirman la pena de dos años de cárcel para un guardia civil por falsificar una orden de registro
Junto a otros dos acusados, absueltos por la Audiencia de Sevilla en su día, quería acceder a un bar en la zona de la Macarena donde presuntamente se vendía tabaco de contrabando
El Tribunal Superior de Jsuticia de Andalucía ha confirmado de forma íntegra la sentencia de la Audiencia de Sevilla que condena a D.R.V. a dos años de cárcel . Este agente de la Guardia Civil , de 49 años y destinado en una unidad de la Policía Judicial en una comandancia de un pueblo del Aljarafe, es el autor de un delito de falsedad en documento oficial una orden de registro para entrar en un bar en la zona de la Macarena de la capital donde presuntamente se vendía tabaco de contrabando.
El abogado del agente recurrió dicha sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía , que ha desestimado dicho recurso, confirmando el fallo de primera instancia de hace un año. La Audiencia absolvió al guardia civil de un delito de usurpación de funciones públicas y un delito de estafa en grado de tentativa. Asimismo, resultaron absueltos otros dos acusados de sendos delitos anteriormente citados.
El condenado, en su condición de guardia civil activo en una unidad de la Policía Judicial en una comandancia de una localidad del Aljarafe sevillano, «procedió a elaborar un documento que aparentaba ser un mandamiento judicial de autorización de entrada y registro en un bar de Sevilla».
Un sello del Juzgado de lo Penal 12
Este documento fue obtenido «mediante reproducción fotomecánica » en la que se procedió a e stampar un sello del juzgado de lo Penal número 12 de Sevilla «que previamente había sido escaneado del original obtenido de una citación judicial que le llegó al acusado en calidad de testigo» y que había logrado trasplantar al nuevo documento elaborado, «estampando la palabra 'copia' empleando un sello usado en dependencias de la Guardia Civil».
En ese sentido, la Audiencia, en el relato de los hechos corroborados ahora por el TSJA, indica que uno de los dos absueltos compró dos chalecos reflectantes y dos carteras portaplacas con el anagrama de la Guardia Civil que fueron encontradas, durante una actuación de la Policía Nacional en un establecimiento, regentado por la esposa del otro absuelto, dentro de una bolsa junto «con un documento falso que aparentaba ser un mandato judicial de autorización de entrada y registro en el referido bar».
En fecha no concretada, «personas desconocidas» se dirigieron a ese bar de la Macarena «donde se identificaron como agentes de la Guardia Civil exhibiendo la cartera con la placa insignia con la intención de registrar el establecimiento y hacer suyo el tabaco ilegal que pudieran encontrar », sin que llegaran a realizar registro y sin que exhibieran ese documento «al decirles el propietario que nada tenía y que les permitía el acceso».
D.R.V. durante el juicio negó cualquier participación en los hechos imputados si bien reconoció que los chalecos y carteras portaplacas encontrados por la Policía Nacional los adquirió en una tienda y explicó que «l«os olvidó días antes en el manillar de una motocicleta que llevó a otro de los acusados, conocido suyo desde la infancia», pero negó que «el auto de entrada y registro falso le perteneciera», así como «cualquier intervención» en su elaboración y que se lo entregara a su amigo para hacerse con el tabaco de contrabando.
Sin embargo, la Audiencia señaló que eran «varios los indicios » que permitieron inferir la participación de D.R.V. en la elaboración de ese documento falso. Así, quedó acreditado que la citación del juzgado de la cual se escaneó el sello empleado en el falso mandamiento «es una citación para dos funcionarios de la Guardia Civil» y en concreto uno de ellos el ahora condenado y que de la citación pudo disponer, bien porque le fuera entregada al ser su destinatario, bien porque se encontraba en las dependencias donde prestaba servicio.
Para la Audiencia, no era «descabellado o irracional » atribuir la autoría de la falsedad a D.R.V. «que ninguna justificación ofrece acerca de la existencia del falso mandamiento en la bolsa donde se encontraban los efectos de su propiedad reconocida».
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