Aljarafe
Buscan restos de gases tóxicos en cientos de vecinos de la barriada Guadalquivir de Coria del Río
Tres años después de comenzar a percibirse malos olores en la Barriada Guadalquivir, los vecinos serán analizados para ver cómo le ha afectado físicamente estar expuestos a los hedores
«Llevamos tres años esperando, así que esperemos que esto sirva para algo». Los aproximadamente 400 vecinos de la barriada Guadalquivir de la localidad sevillana de Coria del Río afectados por fuertes olores en este barrio están siendo sometidos entre ayer y hoy a análisis de sangre y orina para dilucidar si las sustancias que provocan esos olores están presentes ahora en su organismo.
En realidad, como recuerdan los propios afectados, son más de 4.000 los vecinos de la zona que día tras día están sufriendo los olores de gases tóxicos sin que nadie les dé una solución, pero, de momento, cerca de doscientos de ellos pasaron ayer por las instalaciones del auditorio Pastora Soler , en una jornada maratoniana de análisis.
Según explican, a los vecinos que dieron positivo se les detectó hexano y acetona , dos disolventes tóxicos que, generalmente, el cuerpo elimina en 24 horas, pero en este caso podría no ser así por haber sido sometidos de forma continua a los mismos.
La jornada empezó con cierta confusión en el auditorio , ya que muchos de los que llegaron no entendían que no estuviesen todos los que viven en la zon a, o al menos que no se hubiese citado a la totalidad de los habitantes de las casas de la barriada.
Con esa premisa, hicieron cola a las puertas del auditorio, buscando los pocos lugares de sombra que el intenso sol de la mañana coriana les permitía para resguardarse, mientras una sanitaria les iba llamando para que dejasen las pruebas de orina y se dispusiesen a dejar un poco de su sangre en esta batalla que iniciaron hace tres años.
Rogelia Gómez, una de las afectadas y de las portavoces más activas en esta pelea, explica que han acudido desde primera hora «con las expectativas más grandes del mundo, esperando que se descubra que tenemos un problema grave de salud. Llevamos tres años con esto», enfatizó en varias ocasiones, descorazonada con el «abandono» que los afectados dicen sufrir por parte de las distintas administraciones y empresas públicas de abastecimiento de la zona, de la que, según lamentó, nunca han recibido una respuesta clara de la solución que puede tener el problema que padecen.
Otro vecino de la barriada Sergio González, recordó que «sigue habiendo olores, sigue habiendo malestar, una de las cosas que sufrimos es que el día a día sigue siendo el de una barriada en la que los vecinos sufren palpitaciones, dolores de cabeza, calor en la tráquea, sabor a metal…».
Este portavoz explicó que, con las ventanas cerradas, más o menos se pasa el trago, pero «hay que imaginar cómo lo están pasando en estos días la gente que no tiene aire acondicionado en sus casas. Lo peor no es la gente que ahora se ha venido a vivir, sino la que lleva allí 15 años».
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