La agridulce vuelta a casa de los vecinos de Jardín Atalaya de Camas
Tras ser desalojados en 2014 por problemas en la estructura del bloque, se enfrentan en solitario al pago de la rehabilitación y se declaran «abandonados» por los poderes públicos
Cuando las 38 familias del bloque número 1 de la urbanización Jardín Atalaya salieron de sus casas, por orden de los bomberos, el 10 de octubre de 2014, nunca imaginaban que iban a tardar más de un año y medio en volver a pisarlas. Un terreno inestable, formado por arcilla expansiva , se convertía de nuevo en un quebradero de cabeza para los vecinos de esta zona de Camas. En 2008, la misma causa propició el desalojo de los habitantes del bloque número 2.
A ojos de los baremos autonómicos, las entidades financieras sí son «vecinos» solventes económicamente
«Los primeros días pensamos que iba a ser cosa de varias semanas», rememora ahora Rafael Domínguez, presidente de la comunidad de vecinos. Sin embargo, reparar el pilar dañado y asegurar la estructura del edificio era solo el principio de la pesadilla que esta treintena de familias ha vivido durante dieciocho meses. Ni siquiera volver, por fin, a sus casas, oculta el estado de « decepción y abandono » que, dice Rafael, han sentido respecto de la actitud de las administraciones públicas. «No nos han ayudado a nada, no hemos recibido ni un solo euro de subvención para la rehabilitación del edificio», explica. En total, a cada vecino le ha correspondido pagar unos 25.000 euros de su bolsillo . Los que han tenido más suerte han pedido un préstamo o rehipotecar su vivienda.
Sin embargo, hay familias que no han podido abonar la parte que les corresponde, por lo que la comunidad aún adeuda un porcentaje de la reforma a la constructora. A eso hay que sumarle los 9.500 euros de impuestos de obra que el Ayuntamiento no duda en reclamarles. «Nos han tratado como si hubiésemos hecho una reforma normal, como un baño nuevo, cuando nos estábamos jugando el estado de nuestras casas y la vida de nuestras familias», se queja Rafael. Ni siquiera han recibido una «Ayuda al Fomento de la rehabilitación» , partida concedida por la Junta. La causa, paradoja en la desgracia, es que varias familias han visto cómo, incapaces de soportar tantos gastos durante estos meses, sus pisos pasaban a ser propiedad del banco. A ojos de los baremos autonómicos, las entidades financieras sí son «vecinos» solventes económicamente. Subvención denegada.
Gastos de alquiler
Según explica Rafael Domínguez, cuando el bloque 2 fue desalojado , sí que recibió ayudas por parte de la administración. «Lo justifican diciendo que, cuando les pasó a ellos sí había dinero público y ahora no», explica. « La mayoría nos hemos tenido que ir a otros pueblos cercanos. Nosotros hemos vivido en Mairena del Aljarafe, pero a diario teníamos que traer a mi hija al colegio de este barrio. Sin embargo, aun así, no hemos tenido ayudas para comedor escolar, para alquiler... Nada».
Ellos, según dice, han sido afortunados. Hay vecinos que han tenido que mudarse a Alcalá del Río , familias cuyos miembros han tenido que repartirse por las casas de allegados y no han dormido juntas ni un solo día... «Los que peor lo han pasado han sido los niños, hay muchos en el edificio», reconoce Valentín Pérez , administrador de la comunidad.
Ahora que la mayoría ha vuelto a su vivienda , aún les queda mucha lucha para que vuelva a ser la casa que dejaron en 2014. El edificio ha sufrido movimientos de tierra y ha estado vacío durante año y medio, una situación que ha afectado a tuberías, conductos, suelos, paredes, a puertas que ya no cierran ... Incluso las cosas más sencilla, como los muebles a medida, ya no sirven en Jardín Atalaya, 1.