PLAYAS DE CÁDIZ

El alga asiática en las playas de Cádiz, de problema a catástrofe

Según Juan José Vergara, catedrático de la UCA, está ya instaurada en las cubetas de la playa de La Caleta

La presencia de esta especie invasora supone un impacto medioambiental y socioeconómico muy preocupante

Playa de Los Caños, Barbate ANTONIO VÁZQUEZ

Pepe Ortega

Cádiz

Cádiz. Kilómetros y kilómetros de playa. De arena blanca y fina bañadas por el agua salada. Un paraíso que nadie quiere perderse. Según los datos de la Junta de Andalucía, 5,8 millones de turistas visitaron Cádiz durante el 2023. Sin embargo, desde el 2015, la provincia se enfrenta a un problema sin solución, o al menos hasta el momento: la aparición en muchas de sus playas del alga asiática, una especie invasora que ha puesto en jaque a las administraciones locales.

«La primera vez que se detectó fue en 2015, en Ceuta», explica Juan José Vergara, Catedrático de la Universidad de Cádiz. A partir de ahí, su crecimiento ha sido imparable. Actualmente, son las playas del Campo de Gibraltar y la comarca de La Janda las que más la sufren; sin embargo, en la playa de La Caleta la situación es cada vez más preocupante.

«En los últimos días hemos estado en La Caleta y ahora mismo el alga asiática (Rugulopteryx okamurae) está presente. Además, lo está de forma instaurada; crece en las cubetas de la playa«, afirma. A pesar de que el asentamiento en Cádiz capital vaya en aumento en comparación con años anteriores, «todavía no tiene unos niveles preocupantes en cuanto a desplazamiento de la fauna y flora local». Como sí pasa en Tarifa, y en playas cercanas al Estrecho de Gibraltar, donde los efectos de este chapapote vegetal son mayores; tanto ecológicos como socioeconómicos.

Orilla repleta del alga asiática Antonio vázquez

Vino para quedarse. La principal hipótesis de su llegada a España se cree que fue mediante el agua de lastre de los barcos de mercancías procedentes de Asia. «Esto no quiere decir que haya venido en un barco un ejemplar. Además, el hecho también de que se pareciera a otras especies provocó que pasara inadvertida para los investigadores la entrada de una nueva», afirma. Incluida en el Catálogo español de especies exóticas invasoras, Rugulopteryx okamurae crece en aguas del sur de España por «las condiciones idóneas de temperatura del agua, luz y nutrientes».

A pesar de que está presente todo el año, primavera y verano es su época de mayor crecimiento, porque es cuando hay más luz y la temperatura es más alta. También, lamentablemente, es cuando más daño social producen. El alga asiática suele vivir a bastante profundidad. «Es rara verla en superficie. Suele aparecer a partir de un metro de profundidad hacia abajo. Si ya la estás viendo en el intermareal, ten por seguro que en el submareal, en las rocas sumergidas, está».

Impacto medioambiental y socioeconómico

«Se necesita que todas las administraciones se involucren porque es un problema importante. Incluso se habla de catástrofe», advierte Iván Franco, doctor por la Universidad de Vigo e investigador del grupo de Estructura y Dinámica de Ecosistemas Acuáticos de la UCA. El impacto medioambiental es demoledor. «Afecta a la biodiversidad porque está creciendo mucho y está eliminando otras comunidades de algas. Los depósitos grandes de algas que se forman no solo acaban con la flora sino que también con la fauna como invertebrados«, explica Juan José Vergara. Además, los grandes acúmulos de algas provocan la pérdida de oxígeno en el agua.

El alga invasora también afecta al turismo gaditano. Una orilla de una playa repleta de algas es una mala carta de presentación para el que viene de fuera. «Tener esa referencia de que en las playas de Cádiz se encuentran invadidas por el alga es muy mala noticia», afirma Antonio de María Ceballos, presidente de Horeca, quien no puede precisar si en años anteriores la presencia del chapapote vegetal ha perjudicado al sector. El baño se hace prácticamente imposible y poco agradable, a pesar de que estos grandes depósitos de algas «en principio no son tóxicos para las personas». «Si se mantiene la recogida y retirada de las algas, pues será diferente; pero si por razones económicas o logísticas pasan los días y no se retiran, sería nefasto», razona Antonio de María.

Para cubrir los gastos de limpieza y eliminación de la grandes masas de alga asiática en la orilla de las playas, que pueden alcanzar casi un metro de altura, la Diputación de Cádiz ha aumentado un 25% más el presupuesto del programa de ayuda para los ayuntamientos de Tarifa, Barbate, La Línea, Algeciras y Conil. La subvención de un total de 340.000 euros se reparte según «la estimación del gasto que les supondrá limpiar y retirar los arribazones de algas en las playas». De esta manera, Tarifa recibirá 140.000 euros; Barbate, 92.000 euros; La Línea percibirá 70.000; Algeciras, 20.000; y, por último, Conil 18.000 euros.

Esta última localidad es la primera vez que es incluida en el programa de ayuda. Y es que la situación en Conil cada vez es peor. Uno de los sectores que más lo sufre es el pesquero. «Tengo flotas en la atunara y cada dos por tres vienen cargados de alga», lamenta Nicolás Fernández, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cádiz. Además, el factor de que en Barbate no se pueda salir a faenar provoca el desplazamiento de la flota a aguas donde la presencia del chapapote vegetal sea menor. «Para nuestros barcos de Barbate es imposible que salgan a pescar y no vengan cargadas de algas; por lo tanto, se desplazan a Conil y ambas flotas ocupan, con un gran esfuerzo pesquero, el 25% de todo un caladero que antes solo utilizaba la flota local».

Además, el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cádiz advierte que se han perdido especies de peces. «Hay especies que han desaparecido: el pez sable, el jurel de fondo, gallinetas o chernas. La flota del Estrecho, Conil, Barbate, Tarifa y Algeciras, pescamos en el 2015 800 toneladas de pez sable; en 2019, 600 kilos; y desde 2020, cero«.

La solución, adaptarse

Ante un problema de tal magnitud, la primera pregunta que se pasa por la cabeza es cuál es la solución. «Las especies invasoras son muy complicadas. La solución es amoldarse: muchas veces las especies invasoras después de un tiempo y de una explosión de crecimiento y desarrollo, se nivelan y se amoldan al hábitat; pero hay ocasiones en que esto lo invade todo y puede que esté aquí para quedarse«, explica Iván Franco. En esta misma línea, Juan José Vergara defiende que »con los años este problema se terminará solucionando, pero casi de un modo natural«.

Para intentar paliar el impacto de esta especie invasora, los investigadores estudian qué uso se le puede dar. «Se está intentando hacer compost o utilizarla como biocombustible». Respecto a la posibilidad de que el erizo de mar se alimente de este organismo: hay distintas visiones y estudios contradictorios. «Varios grupos de investigación dicen que el erizo se las puede comer, pero en otro se ha dicho que el alga es tóxica para el erizo y resulta dañado. Además, ¿cuántos erizos tendrías que tener para controlar esta invasión? No hay erizos para esto. El control biológico por consumo es difícil en esta especie porque tiene cierta toxicidad«, afirma Juan José Vergara.

La prevención y el control en los puertos es vital para evitar futuras invasiones de otras especies. «Lo que hay que hacer para controlar las especies invasoras es hacer una detección temprana. Y eso pasa por monitorizar y vigilar aquellos lugares donde es más probable que una especie invasora pueda entrar. La solución empezaba hace 15 años, porque para buscar soluciones se necesita tener datos«, concluye Iván Franco.

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