Segunda condena a un vecino de Alcalá de Guadaíra por abusador: primero con su hijastro y ahora con su hijo

En 2014 el Tribunal Supremo le condenó a ocho años de prisión y ahora la Audiencia le vuelve a castigar con siete años de cárcel; ambas víctimas eran menores de edad

Los dos casos de abusos se investigaron en los juzgados de Alcalá de Guadaíra ABC

Jesús Díaz

A.M.B. cumple hoy 62 años. Es vecino de Alcalá de Guadaíra . Hace unas semanas fue condenado por la Audiencia de Sevilla a siete años de cárcel por un delito de abusos sexuales . La víctima fue su propio hijo, desde que tenía cinco años hasta los nueve. Podría tratarse de un caso más de las decenas que se registran anualmente en la provincia, pero lamentablemente no. El abusador es reincidente . En 2013, otro tribunal de la Audiencia Provincial le impuso trece años de condena por agresión sexual al que era hijo de su mujer , aunque después el Supremo dejó la pena en ocho años.

Entre el año 2000 hasta finales de 2001, el acusado, convivía con su esposa, quien tenía tres hijos de una relación anterior, uno de ellos nacido en agosto de 1989. El padrastro, aprovechando los momentos en que se quedaba a solas, sometía al menor a sus abusos y agresiones sexuales . Comenzó con caricias, para luego «obligarle» a llevar a cabo prácticas sexuales, para lo cual «le retorcía fuertemente la oreja y le daba cachetes y empujones»

Antes de forzar a su hijastro a realizarle masturbaciones, siempre le advertía que no contase lo sucedido a nadie. Estos hechos se pusieron en conocimiento de los juzgados de Alcalá de Guadaíra y en 2013 hubo sentencia de la Audiencia, corregida un año después por el Supremo . La pena quedaría en ocho años por un delito continuado de agresión sexual.

En 2001, por motivos distintos a los episodios de abusos, como la adicción al sexo del hombre, l a madre de la víctima se separó del acusado , con quien había tenido otro hijo en el año 2000.

Este hijo en común se convertiría a los pocos años en la segunda víctima de este individuo, que convivía con su hijo (que hoy se ha cambiado los apellidos) en su casa de Alcalá los fines de semana y vacaciones en cumplimiento del régimen de visitas establecido entre ambas partes desde la separación matrimonial.

De hecho, las sospechas de la madre de que este pequeño podría haber sido víctima de episodios de abusos, llevó a su hermanastro a tomar conciencia de que había pasado por lo mismo que él y a poner su caso en manos de la Justicia en 2010.

«Todo era normal»

Según la sentencia de la Audiencia de Sevilla, a la que ha tenido acceso este periódico, «en numerosas ocasiones, desde que el niño tenía cinco y hasta los nueve años de edad , el procesado, aprovechando la circunstancia de estar a solas con su hijo en el baño o en el dormitorio del padre, le bajaba los pantalones o le enjabonaba y en ambos casos le tocaba los genitales y el trasero de forma reiterada». Los abusos fueron a más: «en ocasiones, le pedía a su hijo menor que le masturbara y en alguna ocasión le obligó a ver una película pornográfica junto a él».

Para que el menor no sospechara nada raro, su padre le decía que « todo era normal porque se querían , que sería un secreto entre ellos y que lo hacía por él». El menor dejó de visitar a su padre en la Semana Santa de 2009.

Estos episodios contra la libertad sexual del menor le provocó alteraciones psíquicas a nivel emocional con sintomatología psíquica negativa en forma de estadios depresivos de ansiedad de incidencia grave, que viene afectando su vida diaria. Como secuelas resta un daño psíquico grave que le impide realizar actividades reactivas a los hechos denunciados.

La víctima, que en la actualidad cuenta con 21 años, fue especialmente descriptivo en la vista oral, según el tribunal. En 2009 dejó de ver a su padre, aunque al principio no contó lo que había sucedido. L os hechos los verbalizó ante un psicólogo cuando tenía 17 años , porque tardó en saber qué significaba lo que había sufrido. Ya entonces se había conocido la sentencia de su padre por los hechos contra su hermanastro.

«Por qué me ha hecho esto a mí»

Su padre, como era de esperar, negó los tocamientos y los abusos . Sobre el hecho de que en 2009 dejara de visitarlo, explicó que se produjo un incidente con su hijo porque espiaba sus conversaciones y le dio dos tortas en el culo.

El tribunal asegura que « no cabe dudar de la veracidad y credibilidad » de las declaraciones de la víctima, pues en el juicio llegó a reconocer conductas de su padre tanto positivas como negativas, lo que explica que tardara tantos años en contar los hechos denunciados, con ocasión de la intervención psicológica y que a lo largo de los años haya intentado olvidar o arrinconar estos recuerdos, reacción común en los menores víctimas de abusos sexuales.

«Si era bueno con él... por qué me has hecho esto a mí . Se sentía defraudado con su padre». Éstas fueron las palabras que dijo en el juicio una de las psicólogas que atendió a la víctima, cuyos intereses legales ha ejercido la abogada Valle Montero.

Por estos hechos, la Audiencia de Sevilla, en una sentencia que ya ha sido recurrida, le impone siete años de cárcel al acusado, que este año 2022 iba a salir a la calle por la condena de 2013.

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