Alcalá de Guadaíra
Patrimonio da luz verde a los trabajos arqueológicos en la Torre Mocha del Castillo de Alcalá
Estos estudios son previos a la rehabilitación urgente de la alcazaba y ofrecerán más información sobre la edad del conjunto y los métodos constructivos
La Comisión provincial de Patrimonio ha dado luz a los trabajos arqueológicos previsto en la Torre Mocha del Castillo de Alcalá de Guadaíra , que precisan una actuación de emergencia dado su estado de conservación. Estas excavaciones son previas a la rehabilitación de la alcazaba de la torre y van encaminadas a la investigación sobre sus orígenes y la datación de la fecha de construcción.
Los miembros de este órgano supervisor, que depende de la Consejería de Cultura, entienden que «se trata, por tanto, de una actividad que reúne algunos condicionantes tales como la necesidad de conocer arqueológicamente el ámbito objeto de rehabilitación y puesta en valor incluido dentro de los planteamientos contenidos en el Plan Almena II , por una parte, y el interés científico, por otra, para aplicar una metodología arqueológica a un espacio que conjuga un importante valor monumental edificatorio con la presencia de contextos arqueológicos inéditos» .
Con ello pretenden que la intervención posterior en la Torre Mocha del Castillo de Alcalá sea lo más adecuada posible llevando a cabo el análisis paramental integral de las estructuras emergentes y el análisis patológico de las mismas.
El visto bueno de Patrimonio llega a punto para el avance de esta campaña de investigación que financia el Ayuntamiento. En este caso «se trata de trabajos que pueden hacer aportaciones muy interesantes al conocimiento de este enclave cargado de historia y que se realizan de forma previa a la restauración de las construcciones de la zona», como indica la delegada municipal de Patrimonio , Ángeles Ballesteros .
La actividad arqueológica supone retomar los estudios de investigación sobre un espacio del recinto fortificado de Alcalá en el que no se había intervenido desde finales de la década de los ochenta, cuando se realizaron las primeras catas. De hecho, uno de los objetivos es hacer una relectura de las conclusiones de aquellas prospecciones, aprovechando las nuevas metodologías y técnicas desarrolladas en la arqueología en los últimos años. Ballesteros aclara que el Castillo de Alcalá «es objeto permanente de actuaciones, tanto para aumentar el conocimiento que tenemos de su historia y evolución constructiva, como para asegurar la conservación de sus elementos patrimoniales. En este caso abordamos un lugar de singular interés como es la Torre Mocha, que además tiene un singular potencial como ámbito para realizar actuaciones culturales como las que hemos hecho en este punto en varias ocasiones».
Los trabajos de campo, con una duración prevista de dos semanas, incluyen la documentación arqueológica sistemática del conjunto edificado de la Torre Mocha, para analizar las diferentes técnicas constructivas presentes, así como establecer una propuesta sobre la evolución cronológica del conjunto de edificaciones que incorpora este sector del recinto. Asimismo , se prevé la apertura de varios sondeos arqueológicos, a fin de documentar los niveles de cimentación de la alcazaba y espacios exteriores de la Torre Mocha , y detectar posibles elementos de construcciones anteriores.
Hasta el momento, los trabajos realizados en la zona del antemuro de la alcazaba han permitido el análisis de la evolución constructiva de este espacio, así como de la torre del antemuro orientada hacia la calle Santa María, acceso histórico a la villa de Alcalá por este sector del Cerro del Castillo. De acuerdo con los resultados preliminares, todo parece apuntar a una cronología bajomedieval, entre los siglos XIII y XIV, para este ámbito, coherente con la datación contrastada para la propia Torre Mocha, adscrita a la muralla de la villa y relacionada con la fundación alfonsí de finales del siglo XIII.
La campaña arqueológica se realiza bajo la dirección de Enrique Luis Domínguez , arqueólogo y doctor en Historia, quien ha venido interviniendo de forma regular en el Castillo de Alcalá desde hace varios años, así como en otros elementos patrimoniales de la ciudad como los molinos o el área arqueológica de Gandul.
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