Patrimonio

La memoria escondida de la ermita de Santa Lucía de Alcalá de Guadaíra

Una exposición por primera vez el yacimiento hallado en 2006 del edificio religioso y de restos romanos

Una excavación arqueológica encontró los restos en el lugar que dictaba la tradición A.M.

A. MALLADO

El nombre persiste, el origen se diluye en el tiempo , pero la advocación de Santa Lucía , es una referencia cargada de historia que estos días se explica a los alcalareños en una exposición en Alcalá.

La Avenida Santa Lucía se ha convertido en una importante arteria comercial de la ciudad y su nombre sirve para englobar a toda una zona. ¿Por qué se llama así? Pues por «Unas piedras que allí hay» que es el nombre de la exposición que cuenta esta historia. Santa Lucía era una ermita levantada en ese entorno en el siglo XV y que luego desapareció.

Existían referencias documentales que indicaban su presencia . En una visita realizada en 1597 por el canónigo sevillano Juan de Bahamonde a los edificios religiosos de Alcalá menciona la «antiquísima fundación» de la ermita de Santa Lucía. Estaba en un lugar hermoso, cerca del río Guadaíra y a las afueras del pueblo. A juicio del clérigo la antigüedad del poblamiento de la zona se demostraba por la presencia junto a la ermita de unos sillares de gran tamaño.

Durante la Edad Moderna, Santa Lucía sería sucesivamente sede de la Orden carmelita y de una modesta cofradía. Se mantiene en uso como edificio religioso hasta comienzos del siglo XIX, cuando entra en un rápido proceso de abandono, certificado ya en 1833 por el cronista alcalareño Leandro José de Flores, principal fuente para la historia de Alcalá. El expolio del edificio y el enterramiento provocado por la erosión de los cerros de alrededor fueron desintegrándolo hasta que se perdiera su huella visible. El edificio no era visible, pero la memoria de su nombre permaneció para designar la zona y cuando se urbanizaron los alrededores se empleó de forma natural para rotular la principal avenida. La proximidad de la ermita al río y la reserva de este espacio como zona verde hizo posible que no se urbanizara el lugar. En 2005, el crecimiento urbano plantea el desarrollo de la zona y las cautelas arqueológicas llevan a realizar una excavación en este punto.

La excavación sigue la pista de los antiguos testimonios de los restos de la ermita en la zona y resulta de lo más provechosa. Aparecen los restos de la ermita de Santa Lucía, pero a su lado hay más sorpresas: una serie de estructuras romanas. Un cementerio fechado entre los siglos III a V, con varias tumbas y los esqueletos y una explanada trabajada para crear una superficie lisa y dura en la que realizar labores agrícolas.

La exposición que ahora puede verse en la Antigua Harinera del Guadaíra permite observar el resultado de la intervención arqueológica, el método utilizado y las herramientas empleadas, además de la contextualización de Santa Lucía con el conjunto de yacimientos de la localidad. Hay imágenes de la excavación y una muestra de los materiales arqueológicos recuperados que incluye la reconstrucción de dos de las tumbas aparecidas.  

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