Tribunales
El jurado declara culpable al joven acusado de matar a su madre a puñetazos y patadas en Alcalá de Guadaíra
La Fiscalía y la defensa solicitan once años de cárcel por un delito de asesinato con la atenuante muy cualificada de trastorno psíquico
Los nueve miembros del jurado popular que han enjuiciado esta semana en la Audiencia de Sevilla a H.W.V.V., un joven ecuatoriano de 21 años, por asesinar a su madre en noviembre de 2018 en su casa de Alcalá de Guadaíra , han hecho público este viernes su veredicto, considerando al acusado culpable de acabar con la vida de su progenitora a puñetazos y patadas , causándole un traumatismo craneoencefálico grave.
Sobre las dos de la tarde de este viernes, el portavoz del jurado ha dado lectura al veredicto de culpabilidad. En el mismo, consideran probado por unanimidad que el joven ecuatoriano es el culpable de matar de forma intencionada a su madre .
Eran las cuatro de la madrugada del 13 de noviembre de 2018 , cuando el acusado salió de su habitación y se encontró con su madre, iniciándose entre ambos una discusión en el salón del domicilio familiar en el Alcalá de Guadaíra. La causa de la discusión no ha sido objeto del veredicto.
Allí, el investigado «agredió a su madre dándole una serie de empujones». Cuando la víctima se dirigió hacia su dormitorio, el acusado, que llevaba cinco años practicando boxeo , «la siguió y comenzó a propinarle una serie persistente de golpes con los puños» en el rostro y en el cuerpo, principalmente en la cabeza, hasta que la víctima cayó al suelo, donde el encausado «continuó golpeándole con varias patadas en la cabeza», tratando la mujer de poner sus brazos delante para defenderse.
Estando la víctima, de 49 años, tendida en el suelo continuó golpeándola, propinándole un golpe con el pie en la cabeza», tras lo que, estando «ya inconsciente y por tanto sin posibilidad de defensa alguna», el acusado cogió un trozo de cristal de un espejo que salió fracturado durante la discusión y «le produjo a su madre una serie de incisiones en el abdomen y el tórax», hasta dieciséis.
Se sentó en el sofá tras matarla
Sobre las 6.10 horas de ese mismo día y «una vez finalizada la brutal agresión», el encausado se fue al salón y se sentó en el sofá. No comunicó lo sucedido a nadie hasta que transcurrieron más de tres horas. Fue a la a las 9.10 cuando se pusto en contacto vía Whatsapp con una amiga y una hora más tarde con su hermano, comunicándole a ambos que «había matado» a su madre. Fueron estos quienes avisaron sobre la once de la mañana a los servicios de emergencias 112, que más tarde certificaron la muerte de la mujer.
Como circunstancias modificativas, el jurado ha probado por unanimidad que concurre la agravante de parentesco, mientras ha apreciado por una mayoría de cinco votos a cuatro que el acusado sufría un tratorno ansioso depresivo en el momento de los hechos y que éste mermaba sus capacidades de conocer y actuar, sin llegar a eliminarlas.
Este punto es el que más debate ha generado en el jurado. Y es que en base a esta atenuante, la Fiscalía r ebajó su petición inicial de 22 años de cárcel a la mitad , por considerar esta atenuante de alteración o trastorno psíquica como muy cualificada. La defensa se adhirió a esta solicitud del Ministerio Público, por lo que ambas partes han vuelto a reiterar este viernes que exigen una condena de once años de cárcel por asesinato.
Trastorno ansioso depresivo
Los profesionales y forenses que han tratado y analizado al acusado señalaron en el juicio que éste una patología , a la que aún tienen que ponerle un nombre. Si bien, los efectos dicha patología tuvo sus efectos en el joven la madrugada en la que mató a su madre a puñetazos, patadas y clavándole un trozo de un espejo roto durante el forcejeo entre ambos.
A esa patología paranoide en fase incipiente se unió que padecía un trastorno ansioso depresivo . Todo ello afectó a sus voluntades de forma importante, de ahí que la Fiscalía aprecie la atenuante de alteración psíquica como muy cualificada.
De esta manera se entiende las declaraciones del acusado durante su interrogatorio ante el jurado, en las que afirmó que aquella madrugada vivió un episodio de «pánico y miedo» y que no encuentra explicación a lo que sucedió: «Me atormenta cada día porque no he querido hacer esto».
Sentía «angustia, tristeza, miedo..., pero no sabía los motivos». «No le encuentro explicación a lo que pasó», añadió. La línea de defensa del acusado es que actuó sin ser consciente de lo que hacía. «Sentado en el sofá (tras matar a la madre) tenía una sensación de extrañeza, de no estar en mi casa, no la reconocía, ni a mi madre, no sentía que fuera yo. Alejado de la realidad », dijo el acusado
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