Reyes Magos
Una historia de reyes, niños, abuelos y magos
La Cabalgata de Alcalá brinda un espectáculo en la calle con el soporte del compromiso con los niños
En el calendario aparece como el día de los reyes, la jornada de la Cabalgata. También se le podría llamar el día de los niños por el protagonismo que ejercen . Pero en Alcalá es también el día de los abuelos por el papel protagonista que la cabalgata les da en la jornada. Y es también el día de los magos , así a secas, sin atributo de realeza, magos que en vez de varitas tienen una sierra de carpintero o una ristra de papeletas para hacer el encantamiento que perdura durante toda la jornada.
La magia comienza en el Santuario del Águila , donde los reyes se postran ante la patrona y adoran al Niño Jesús, dan así el verdadero sentido a la celebración. Luego marcharon al Ayuntamiento para recoger las llaves de la ciudad . Ante un auditorio de concejales y niños, dejaron el compromiso en palabras del encargado de realizar el discurso de la Cabagalta, Antonio García Calderón de volver cada año, para cumplir con las obligaciones que ellos mismos se han fijado, la de « hacerlo todo por y para los niños» y la de mantener en pie la obra que levantaron los mayores de la Cabalgata, con mucho esfuerzo y pocos medios. Al fin y al cabo «poner en la calle una cabalgata como símbolo de la vida que renovamos cada año».
Sus siguientes pasos buscan a los abuelos en las residencias de mayores de la ciudad y también en el convento de las Clarisas, donde el brillo de sus telas contrastó con la austeridad de la clausura. Quizás se hayan llevado de allí la receta para que sus caramelos sean más dulces.
La hora esperada llegó a las cinco de la tarde. Manolo Cerquera abre las puertas de la sede de Nueva Alcalá, con la satisfacción de ser el alguacil de la ilusión que se pone en marcha con el son palpitante de cornetas y tambores. De ahí van surgiendo los sueños infantiles modelados por los carpinteros de la cabalgata, si las carrozas en su entraña son tablas y grapas, al cruzar el umbral adquieren el rango de sueños infantiles y quienes les dan forma se coronan con chistera y capa de magos.
Este año se ha rendido homenaje al primero de ellos, el primer director artístico, Pepe Corzo , cuyo nombre ha quedado perpetuado en un azulejo frente a la Casa de la Cultura. Aunque falleció en 1987, la cabalgata se reconoce aún como obra suya en materia estética, al seguir vigente la personalidad con la que la dotó. Su sobrino Isidoro Villalba Corzo, aprendiz suyo, es de hecho el actual director artístico.
Con ese sello se desplegó un cortejo plagado de personajes infantiles de hoy como la patrulla canina y de siempre como Mary Poppins, de escenarios de cuento, bajo el mar, junto al sol y con la luna, de animales mitológicos como el dragón rojo, de referencias a la historia de Alcalá, con el molino o con la carroza que hacía alusión al CD Alcalá. Y como si el director alcalareño Nacho La Casa hubiera pensado en eso también para dar forma a su película de animación «Ozzy», tampoco faltaba una carroza con los personajes del exitoso filme.
Cientos de niños y otros tantos de beduinos a pie . Incansables con la fuerza de la juventud, con la suerte de prolongar más allá de la infancia la magia de ser parte de todo esto.
En el centro de todo los tronos de la Estrella, María del Águila Alarcón Cerquera, Melchor, Juan Pablo Trigo; Gaspar, Juan Troncoso Mediano y Baltasar, José Corzo Frieyro. Este último nombre ya lo han leído. Es el hijo del otro Pepe Corzo al que hacíamos alusión. Hace cincuenta años que su padre fue rey mago, Baltasar también como él. Una auténtica estirpe real. Un ejemplo de la vocación de continuidad de una cabalgata asentada firmemente en sus principios de hacerlo todo por los niños.