ALCALÁ DE GUADAÍRA
Los «limpiadores» de Gandul
Un grupo de voluntarios adecentan desde hace 14 años en Alcalá de Guadaíra la zona para denunciar el estado de abandono que sufre
La zona de Gandul es la eterna promesa de un espacio en el que disfrutar del medio ambiente y de la riqueza patrimonial de un entorno que suma elementos desde la Prehistoria hasta la Baja Edad Media. Mientras las administraciones dejan pasar el tiempo sin actuar más allá de la aprobación de declaraciones que no llevan aparejadas actuaciones concretas, un grupo de alcalareños se dedican cada año a algo tan básico como limpiar la zona de la basura.
A pesar de su potencial, son pocos los que hacen algo por Gandul. Entre ellos están la asociación ecologista Alwadi-ira, que además de denunciar de forma permanente la situación de este entorno y las agresiones concretas que sufre, se dedican a algo tan básico como retirar basuras y escombros. Algo que debería correr por cuenta de las administraciones, pero que ellos han asumido como compromiso propio.
Desde hace 14 años, acuden a realizar una limpieza de la zona, que básicamente hacen a mano y en la que encuentran de todo. En la última realizada el balance fue una cuba llena de escombros de gente que realiza vertidos ilegales de materiales de obra, más de veinte neumáticos de automóvil y decenas de bolsas de basura de gran tamaño con plásticos, latas y botellas de vidrio. Todo ello evidencian problemas de la zona. Falta de vigilancia que permite la realización de vertidos, ausencia de concienciación de su valor natural reflejada en los neumáticos o su uso como lugar para deshacerse de basura.
Se encargaron de ello 30 voluntarios que realizaron una dura jornada de trabajo. Y no ha sido el año que han recogido más restos. En otras ocasiones llegaron a recoger más de 70 neumáticos. Aunque su intervención tiene un efecto evidentemente práctico, con esta actividad, según explican quieren también denunciar «el abandono en que se encuentra esta zona de tan inmensa riqueza patrimonial y medioambiental y la necesidad de que se declare Parque Cultural junto con el resto de Los Alcores».
Esta última sería la solución definitiva para la zona. Una figura patrimonial que otorgue garantías legales a la protección tanto de los restos históricos, como de los elementos naturales y paisajísticos, pero que también implique la creación de un lugar en el que se gestión de forma adecuada para favorecer su difusión y el conocimiento de la ciudadanía.
De momento, no es más que un sueño, cubierto por la basura que ellos de forma altruista se encargan de eliminar.