Educación
Diez años de trabajo contra el acoso escolar en Alcalá
La figura de los mediadores cobra protagonismo para evitar conflictos
El acoso escolar es objeto de atención en Alcalá desde hace diez años . Entonces se puso en marcha un programa específico que contempla mecanismos específicos para erradicar este tipo de conductas de las aulas en los institutos de secundaria.
Para ello se cuenta con un programa en el que tienen participación institutos, padres, alumnos y Ayuntamiento . En él resulta clave la figura de los mediadores, alumnos que se forman de manera específica en la resolución de conflictos en el entorno escolar. El programa se ha ido actualizando a las nuevas demandas y peligros como los que pueden entrañar el manejo de las redes sociales y el acceso a Internet. También realiza su aportación al proyecto la Policía Nacional, en particular en las nuevas tecnologías que provocan nuevos fenómenos como el ciberacoso y en la prevención de la violencia de género.
Según explican desde el Ayuntamiento el programa nació en el marco de una intervención municipal más amplia para el fomento de hábitos de vida saludable entre la ciudadanía y hoy cuenta con autonomía propia, «lo que ha permitido su especialización para servir de manera más eficiente al sector de población al que va dirigido». Comenzó con la formación en cada curso de más de 300 estudiantes de primero a cuarto de la ESO de los seis institutos de la ciudad, instruidos en habilidades sociales y resolución de conflictos ya existentes.
En este tiempo se ha consolidado la figura del alumno mediador que además de intervenir en caso de conflicto evidente, desempeña una labor preventiva detectando situaciones que podrían desembocar en una situación de acoso.
El psicólogo familiar del Ayuntamiento que conduce el programa, José Carlos Segura, explica que la figura de los mediadores es la de un alumno que «se anticipa percibiendo qué compañeros están aislados, interesándose por ellos para favorecer su integración y reforzar su autoestima, y aquellos que buscan un liderazgo apoyado en la burla sobre aquellos que parecen más débiles».
«La clave es formar a los alumnos no como vigilantes de patio, sino para focalizar su atención en aquellos jóvenes tímidos y con conducta pasiva, aislados del resto y, por tanto, víctimas propiciatorias de aquellos más agresivos que pretenden un falso prestigio social a través del acoso», explica el terapeuta alcalareño.
Pero además destaca la importancia de trabajar con las dos partes, el acosador y el acosado. Según su experiencia, en el primer caso «se trata de un joven inseguro, solo y que busca relieve humillando a los demás, a alguien débil». En la víctima considera necesario reforzar su inteligencia emocional y su autoestima para atajar un problema que puede prolongarse toda su vida. Y todo ello «sin olvidar el contexto, los compañeros, profesores y, sobre todo, los padres». Segura recomienda a las familias de niños afectados por el acoso «fomentar la autonomía, la seguridad y trabajar el vínculo emocional de miedo y culpa que lleva a una sobreprotección contraproducente para el joven».