Literato
Alcalá recupera la memoria de Gutiérrez de Alba
El Museo ha recibido la lápida de su tumba que colocará en una sala con otros elementos y ha reeditado una de sus obras
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José María Gutiérrez de Alba es el nombre de una céntrica calle y del teatro de Alcalá. Además recibe el homenaje de la ciudad en forma de monumento en una de sus plazas. Todos los reconocimientos son merecidos, puesto que lo hacen a la figura más relevante de las letras alcalareñas. Pero el conocimiento que sus paisanos tienen de s u figura no es el que corresponde con su talla literaria. Ahora, varios hitos apuestan por la recuperación de su memoria y la difusión de su obra.
Un familiar del escritor, Carlos Gutiérrez Pallarés, ha donado al Ayuntamiento la lápida mortuoria de Gutiérrez de Alba , que estaba en el cementerio de San Mateo y que fue retirada tras el traslado de sus restos a un panteón familiar. Quedará colocada en el Museo de la Ciudad, junto con otros elementos vinculados con el escritor: la mesa en la que trabajaba, el boceto de su monumento, una foto histórica del autor o la primera edición de una de sus obras más conocida «La Tapada». Allí se explicará su trayectoria vital y literaria. Ambas apasionantes.
Junto a este espacio en el Museo, el Ayuntamiento ha reeditado precisamente su obra «La Tapada», una novela editada en 1846, cuando el autor tenía 24 años y que está ambientada en Alcalá, en concreto en la huerta y que el molino que le dan nombre. Es la narración de un tema muy tratado por los escritores románticos, una historia de amor entre una bella morisca y un caballero cristiano, todo ello con un final desgraciado.
El acercamiento a la figura de Gutiérrez de Alba permite el conocimiento de una historia personal y literaria fascinantes. Nace en 1822 en la actual Plazuela. Estudió en la Universidad de Sevilla y marchó a Madrid en 1847. Aquí se dedicó a las letras y a la política. En las primeras dio a luz una ingente producción que abarcó diversos géneros. Escribió novela y poesía, pero sobre todo teatro. En este último logró notable éxito con obra como «Diego Corrientes o el bandido generoso», «Vanidad y pobreza» o «El lobo en el redil».
Fue el creador de un género literario nuevo, la revista. Era una representación teatral en la que se pasaba «revista» a los hechos más destacados ocurridos en los últimos meses, generalmente con alusiones críticas a la política y con actores que encarnaban a presidentes, generales o líderes que hubieran dado que hablar. En tono serio y sin música, pero algo que guardaba similitudes con el espíritu del Carnaval de Cádiz.
También desempeñó una intensa actividad política vinculada al Partido Liberal, que le llevó a ser condenado en rebeldía a diez años de presidio en Ceuta, algo que evitó refugiándose en París. P articipó en los movimientos revolucionarios de 1866 y 1868 que derrocaron a Isabel II . También vivió un tiempo en Colombia donde realizó funciones diplomáticas y donde aprovechó para estrenar varias obras y para realizar un manuscrito de apuntes de viajes con más de mil dibujos que publicaron en parte varios periódicos de la época. Al final de su vida regresó a Alcalá enfermo y arruinado. El Ayuntamiento creó entonces la plaza de bibliotecario municipal para asegurarle el sustento. Murió en 1897.