INDUSTRIA
La aeronáutica de Cádiz cumple un siglo de vida
Las plantas de Airbus celebran este viernes el centenario de la creación de Construcciones Aeronáuticas (CASA), germen de la compañía
Primero fue Getafe, en 1923, y luego Cádiz, en 1926, en el barrio de Puntales y después de la Guerra Civil, en Sevilla
Las plantas españolas de Airbus están de celebración este viernes. Se cumple el centenario de la fundación de Construcciones Aeronáuticas (CASA), el germen de lo que hoy conocemos como Airbus. La inauguración de la primera factoría tuvo lugar en Getafe, en 1923, y la segunda, en el barrio de Puntales de Cádiz, en 1926. España iniciaba de esta forma su carrera aeronáutica. La salida al mar de Cádiz fue clave para que la empresa decidiera ubicar en la Bahía su segunda planta. El primer aparato que salió de Puntales fue un hidroavión, el 'Numancia'.
El ingeniero José Ortiz-Echagüe fue el impulsor de CASA y el que apostó por Cádiz como centro para la fabricación de hidroaviones. Aquel ingeniero militar de Guadalajara fue un iluminado de la época que vio el futuro en las alas de los aviones. Así nació Construcciones Aeronáuticas (CASA). Getafe y Cádiz fueron los dos ejes desde donde voló la imaginación de un empresario que estaba convencido de que la aviación, tanto militar como civil, era un negocio seguro en unos tiempos donde sólo volaban los pájaros. Desde luego, no se equivocó. Terminada la guerra, CASA abrió una nueva factoría en Tablada, Sevilla, tras conseguir la fabricación bajo licencia de algunos modelos alemanes.
La compañía ha desarrollado un amplio programa de actividades para conmemorar estos cien años e vida. De hecho, este viernes las dos factorías gaditanas (Puerto Real y El Puerto) han celebrado actos internos. Así, la plantilla se ha hecho una foto de familia formando el número cien y ha asistido a una proyección sobre la historia de CASA, que se ha retransmitido al mismo tiempo en todas las plantas españolas.
CASA nace en 1923 y en 1971 se integra con la Hispano Aviación hasta que en 1999 pasa a formar parte del primer consorcio aeronáutico de Europa, denominado EADS-CASA. En 2001 esta compañía será renombrada como lo que hoy conocemos: Airbus. la empresa tiene a cuatro países en su Consejo de Administración: Francia, Alemania, España y Reino Unido.
Momento histórico de producción
Airbus celebra este cumpleaños en un momento histórico de producción y con expectativas de futuro óptimas. La firma europea culminó 2022 con un beneficio neto de 4.247 millones, en línea con el del ejercicio de la recuperación en que se convirtió 2021. El contexto de negocio siguió siendo desfavorable por la inflación en las materias primas, los costes energéticos y tensiones en la cadena de suministros que derivan de la invasión rusa de Ucrania. El volumen de aviones entregados subió un 8,2%, hasta las 661 aeronaves comerciales, y el desafío es alcanzar las 720 entregas en este 2023. Para ello, la compañía va a incidir en el proceso de transformación anunciado a mediados de mes por el consejero delegado Guillaume Faury.
Uno de los últimos contratos que ha suscrito Airbus y que han supuesto un espaldarazo de futuro ha sido el de Air India, una compañía de Tata Group, que ha anunciado su compromiso de adquirir 250 aviones de Airbus para impulsar sus operaciones nacionales e internacionales. El compromiso incluye 140 aviones de pasillo único A320neo y 70 del modelo A321neo, así como 34 aviones de cabina ancha A350-100 y 6 del modelo A350-900 que marcarán una nueva era en el país, ya que el nuevo avión de largo alcance hará su debut en el mercado indio. Precisamente los estabilizadores de estos aviones se realizan en la planta de Puerto Real, mientras que la de Airbus de El Puerto se encarga de la fabricación de los cubremotores del modelo A320. La producción de estos modelos también salpica a la industria auxiliar gaditana, ya que la compañía Alestis construye el cono de cola y la panza de los modelos A350 y participa en la integración de los estabilizadores del A320.
El necesario incremento del ritmo de producción de aviones, para responder a la reactivación del tráfico aéreo y la consiguiente necesidad de renovar flotas, ha obligado a la compañía a una importante restructuración. De hecho, la dirección de la compañía en España ha optado por fusionar sus dos plantas y colocar a la de El Puerto como referente. A primeros e 2025 se estrenará Airbus-Cádiz en las instalaciones portuenses ampliadas.
La Bahía de Cádiz, por tanto, atesora un siglo de historia aeronáutica que ha servido para inculcar una profesión que ha pasado de padres a hijos durante varias generaciones. La Bahía desarrolló esta moderna industria en lo que hoy conocemos como el barrio de Loreto-Puntales y dio el saltó en 1988 hasta el polígono del Trocadero para seguir creciendo y en 2003 se expandió hasta el polígono Tecnobahía con una planta más, conocida como Centro Bahía de Cádiz (CBC).
El ingeniero José Ortiz-Echagüe consideró a la Bahía de Cádiz, por su salida al mar, el lugar idóneo para fabricar hidroaviones
La Bahía de Cádiz, junto con Sevilla, forman el polo aeronáutico andaluz y es un referente internacional gracias a su mano de obra especializada. Pero hace dos años no corrían buenos tiempos para el sector, debido al impacto del coronavirus. Cádiz llegó a contar hace 10 años con 6.500 personas trabajando en la aeronáutica entre empresas tractoras e industria auxiliar, algo que ahora no llega a las 1.500, sin embargo, este dato cambiará con la carga de trabajo que se avecina.
Aeroplanos en Cádiz
La verdadera razón del nacimiento de CASA fue la construcción de aeroplanos. Así en sus comienzos, José Ortiz-Echagüe logró sellar el contrato con la compañía alemana Dornier y éste fue el aval para construir en España, sobre todo en Cádiz, los primeros hidroaviones, totalmente metálicos. Luego vendrían los contratos con la francesa Breguet y, a partir de entonces, la compañía se embarcó en diseñar sus propias avionetas. Pasaron los años y el negocio se orientó hacia Estados Unidos, donde CASA logró la licencia para construir torpederos Vickers. El estallido de la Guerra Civil posicionó a la empresa para la fabricación de aviones propios de tamaño medio. Fue el inicio de la familia de los C-200, C-201 Alcotán, C-202 Halcón o C-207 Azor.
Construcciones Aeronáuticas también tuvo sus revoluciones y sus crisis. En 1965 el sector aeronáutico entró en barrena y no sería hasta los setenta cuando volvió a remontar el vuelo. Durante los primeros 30 años de vida de CASA la tecnología aeronáutica pasó por la utilización de la madera, la tela y el aluminio. El titanio llegó con los nuevos experimentos en la aviación civil.
En octubre de 1973 la empresa empezó a demandar mano de obra. Formar parte del equipo aeronáutico era un privilegio pero, sobre todo, una garantía de futuro. Entre 1973 y 1985 la factoría gaditana pasó de 450 trabajadores a sumar 1.300. Durante esos años se trabajó a destajo en el programa del C-212, que incluía la fabricación de la cola, las alas, la cabina y el puro intermedio del avión. Todo ello se enviaba a Sevilla para su ensamblaje. En 1980 se firmó un contrato para construir el timón de cola del Canadair, un nuevo avión contraincendios del que se hicieron unas 65 unidades. La buena racha siguió en 1987 con la adjudicación por parte de EADS de las trampas y del timón del A310. Fue entonces cuando los norteamericanos se fijaron en CASA para desarrollar el programa del nuevo avión MD11.
CASA, empresa pública en manos del antiguo Instituto Nacional de Industria (INI), inició así su ampliación. Primeramente buscó asiento en las naves que se encontraban en el polígono de Bahía Industrial, en El Puerto, justamente donde hoy se encuentra el centro comercial de Bahía Mar. Pero fue el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, quien negoció con CASA su implantación en unos terrenos próximos al río San Pedro . En noviembre de 1988, CASA se trasladó de Puntales al Trocadero y de esta forma comenzó a escribir la segunda parte de una historia que arrancó principios de siglo XX. No obstante, una sección de la empresa siguió en Puntales hasta 2003, año en el que se mudó hasta el parque Tecnobahía, en El Puerto, para abrir la factoría de la división militar de Airbus.
El Gobierno español, socio mayoritario de la empresa, tuvo que decidir en 1999 entre aliarse con los americanos de Douglas-Boeing o, por el contrario, fusionarse con EADS-Airbus. No fue fácil la decisión, sobre todo por los contratos firmados con Estados Unidos, pero el Gobierno español jugó sus cartas y se puso del lado de Europa para formar uno de los mayores consorcios aeronáuticos del planeta. De esta forma CASA pasó a formar parte de EADS. Poco a poco, el INI soltó lastre hasta que la aeronáutica española fue absorbida por la nueva compañía. Los principales accionistas de Airbus son de nacionalidad francesa (27,4%), alemana (22,4%) y española (5,5%), a través de la Sociedad Española de Particiipaciones Industriales (SEPI). Al cierre de 2022 la nómina de Airbus sumaba 130.000 personas en todo el mundo, de los que 13.000 pertenecen a las plantas españolas: Getafe (Madrid), Illescas (Toledo), Puerto Real, El Puerto y Albacete.