TRIBUNALES
El acusado de matar al joven futbolista del Chipiona Paco Naval se enfrentará por asesinato ante un jurado a 22 años de cárcel
La Fiscalía considera que A. J. L. actuó de forma deliberada y consciente, compró antes un cuchillo, lo guardó en su casa y lo sacó el día que se lo clavó a la víctima «sin conocerlo de nada»
El autor confeso reconoció los hechos cuando fue detenido a las horas ante la Guardia Civil acompañado de su padre
El presunto asesino de Paco Naval en Chipiona escondió el cuchillo en un armario antes de entregarlo
Chipiona llora el asesinato de Paco, un joven jugador de fútbol «querido por todos»
El sábado 1 de abril de 2023 se producía un suceso en la provincia de Cádiz que causaba una gran conmoción y estupor por lo inexplicable de un hecho tan espeluznante y trágicamente casual que pocas veces había pasado antes. Un chico de 24 años, Francisco J. Naval Pérez, 'Paco', muy querido y conocido en Chipiona por ser además jugador del equipo de fútbol local, moría acuchillado tras ser atacado cuando estaba en la calle en su pueblo por otro joven al que, según se aseguró, no conocía de nada.
Momentos antes de que acabara con su vida, su presunto asesino, A. J. L., también vecino de Chipiona, había estado en su casa, en las proximidades del lugar del crimen, y de allí había cogido el cuchillo que tenía guardado y con el que le asestaría las puñaladas. Ahora, en los próximos meses, el supuesto autor de los hechos, que permanece en prisión provisional desde que fue detenido por la Guardia Civil, se tendrá que someter a un juicio con tribunal de jurado en la Audiencia de Cádiz.
La Fiscalía le acusa de asesinato con alevosía de disfraz, ya que ocultó su rostro, y solicita que sea condenado a 22 años de prisión. Además pide que, de ser considerado culpable, indemnice económicamente a la familia de la víctima, su hija, viuda, y padres.
Según detalla el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación al que ha tenido acceso LA VOZ, fue a finales de marzo cuando el acusado adquirió un cuchillo de cocina de grandes dimensiones, «con la clara intención de utilizarlo para acabar con la vida de una persona indeterminada en días próximos». De esta forma, lo guardó en la cocina del domicilio familiar, junto al resto de cuchillos. El arma medía 33 centímetros de largo (siendo 20 de ellos de hoja de acero inoxidable) y 4,5 centímetros de ancho.
Mientras, sobre las 13.45 horas de ese mismo día, la víctima iba en un coche junto a un amigo y al llegar a la altura de la Rotonda de la Virgen de Regla vieron a otra amiga y pararon un momento a saludarla. Fue mientras estaban hablando con ella cuando apareció caminando el acusado que portaba el cuchillo en su mano derecha, escondiéndola entre su ropa. Además llevaba una mascarilla sanitaria con la que ocultaba su rostro. Así, al pasar por el lado de estos, «sin mediar palabra y de forma sorpresiva», abrazó a Paco y echándole la mano izquierda sobre su espalda, «con la clara intención de acabar con su vida», le clavó el cuchillo a la altura del tórax, permaneciendo pegado a su cuerpo durante unos segundos», indica el fiscal.
En ese momento la víctima cayó al suelo desplomado. Durante un instante, su presunto asesino no se movió del lugar portando aún el arma homicida. El amigo de la víctima le increpó preguntándole que qué había hecho, momento en el que el joven futbolista conseguía levantarse y correr hacia la glorieta siendo otra vez seguido por su agresor. El amigo, testigo directo de todo, intentó ir en su ayuda pero A. se giraba y se quedaba un instante pensando y como dudando hacia cuál de ellos ir. Sin embargo, ambos lograban marcharse del lugar en el coche hacia el hospital.
Al mismo tiempo, el acusado huía hacia su casa. Una vez allí, y según relata la acusación, se cambió de ropa, depositando la camiseta y el pantalón que vestía en el cesto de la ropa sucia. Seguidamente, se dirigió hacia un taller próximo a su casa, y limpió el cuchillo que había utilizado para cometer el hecho descrito, utilizando para ello un trapo y disolvente. Después regresó a su domicilio y escondió el arma homicida detrás de un bolso, en el mueble de la secadora.
La detención
Al poco tiempo la Guardia Civil recibía el aviso de lo ocurrido y se les indicaban las características físicas del supuesto agresor. Los agentes junto a la Policía Local comenzaron a patrullar la zona en la búsqueda del autor del apuñalamiento.
Fue entre las dos y las tres de la tarde cuando el padre del acusado vio por las inmediaciones de su casa una gran presencia policial y escuchó que se buscaba a un joven «con pelo rizado y abultado», que acababa de apuñalar a otra persona en una calle próxima. En ese momento, se dirigió hacia la habitación donde se encontraba su hijo, preguntándole si tenía algo que ver, negando A. en un principio su implicación con los hechos descritos. Si bien, al insistirle, el acusado reconoció ser el autor y le mostró donde estaba el cuchillo, el trapo que había utilizado para limpiarlo y la ropa que vestía.
De esta forma, sobre las tres, ambos se presentaban en el cuartel de la localidad y el acusado confesaba y además entregaba el arma homicida y la ropa.
Posteriormente, la víctima fue trasladada en ambulancia al hospital Puerta del Mar de Cádiz, por herida incisa penetrante por arma blanca en cabida abdominal. Aunque se le intervino de urgencia, no pudo superar las graves lesiones que presentaba y falleció.
«No tenía limitaciones en sus capacidades intelectivas»
La Fiscalía sostiene que en el momento de realizar los hechos relatados, el procesado no presentaba limitaciones en sus capacidades intelectivas, aunque sí limitaciones, en el rango de moderadas, en sus capacidades volitivas.
El crimen causó una gran conmoción en todo Chipiona y la provincia y, de forma muy especial, en el mundo del deporte ya que Paco era un conocido y querido jugador de fútbol local que militaba en las filas del Chipiona C.F. y anteriormente en la cantera del Sanluqueño.
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