INDUSTRIA

La actividad sigue en el astillero isleño mientras que el de Puerto Real está a medio gas

Navantia corta en San Fernando este lunes la chapa del patrullero que construirá para la Marina Real de Marruecos

La obra implica un millar de empleos entre directos e indirectos, incluida la industria auxiliar

Maqueta del patrullero que Navantia construirá en San Fernando para Marruecos LA VOZ

El astillero de San Fernando acoge este lunes el corte de chapa del patrullero encargado a Navantia por Marruecos. Se trata de una ceremonia interna y simbólica que pone el contador a cero para esta nueva obra naval que recibe la planta isleña. Con ella se da continuidad a la carga de trabajo. No hay que olvidar que el proyecto de las cinco corbetas saudíes se encuentra en la recta final tras cuatro años de actividad plena en la planta. El traslado este verano de la quinta unidad, 'Unayzah', a un astillero saudí para su remate pondrá punto y final a un contrato millonario que ha permitido una alta carga de trabajo. Ahora, Navantia negocia un nuevo acuerdo con Arabia, cuyo protocolo se firmó en noviembre de 2022, para la construcción de otros cinco buques.

La construcción del patrullero de Marruecos, por tanto, sirve de puente al astillero de San Fernando hasta la llegada de nuevos encargos. Se esperan de Arabia y también de Angola.

Sin embargo, la continuidad de la carga en San Fernando choca con la actividad a medio gas que reina en la factoría de Puerto Real, donde se espera desde hace dos años la obra del BAM-IS de apoyo a submarinos y el desarrollo de la obra eólico-marina de Ocean Wind que consiste en la construcción de dos jackets y sus pilotes asociados para los parques franceses de îles d'Yeu et Noirmoutier y Dieppe Le Tréport, que supondrá 380.000 horas de trabajo y generará 400 puestos de trabajo entre directos, indirectos e inducidos.

El astillero de Puerto Real, uno de los más grandes de Europa, culminó a lo largo de 2020 con los tres proyectos offshore que tenía entre manos. Desde entonces, su actividad se ha centrado en servir de complemento al astillero de Cádiz en la reparación de cruceros, gaseros y petroleros.

En julio de 2020, la planta de Puerto Real culminó la construcción de las 20 jackets para el parque eólico Monray Firth East, mientras que octubre de ese año acabó la subestación encargada por las noruegas Equinor y Aibel para el campo petrolífero de Johan Sverdrup. En noviembre del mismo año la construcción civil se remató en el astillero puertorrealeño con la salida de una estructura flotante para el campo eólico marino Kincardine. Estos tres proyectos han sido los últimos trabajos de construcción civil que ha realizado el astillero de Puerto Real.

Alternativas

Desde enero de 2021 hasta ahora se ha dedicado a la reparación de ocho grandes cruceros, dos petroleros y un gasero. Las luces rojas siguen encendidas. El comité de empresa de la factoría pidió en su momento a la dirección de Navantia que se subiera al tren de la construcción de gaseros y petroleros. De hecho, su comité recordó entonces que los astilleros asiáticos estaban desbordados con la llegada de nuevos encargos y no podía absorber más peticiones hasta 2025. La crisis energética, favorecida por la guerra de Ucrania y las tensiones con Argelia, uno de los principales suministradores de gas de España, han llevado a las grandes compañías energéticas a invertir en tanqueros para el transporte por mar de gas y petróleo. Los astilleros gaditanos han construido este tipo de buques a lo largo de su historia. De hecho, entre 2016 y 2019, el astillero de Puerto Real construyó cuatro petroleros para el grupo vasco Ibaizábal, sin embargo, la competencia asiática en este negocio obliga a ajustar muy a la baja los precios. Lo que implica una escasa rentabilidad para España.

 

La planta puertorrealeña aguarda desde hace dos años el inicio de la obra del BAM-IS

 

 

Actualmente el astillero de Puerto Real está a la espera de la puesta en marcha del programa del Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS) , que supondrá una inversión de 167 millones, con un impacto de un millón de horas y 1.115 empleos entre directos e indirectos al año. Todo apunta a que la obra arrancará en el primer trimestre de 2024, aunque no hay fecha en el calendario. De hecho, el proyecto se encuentra aún en fase de diseño. La complejidad técnica del nuevo buque de la Armada obliga al departamento de ingeniería de Navantia a hilar muy fino con los requisitos que impone el Ministerio de Defensa sobre las capacidades de este barco.

La reactivación de Puerto Real es uno de los retos que asumió el nuevo presidente de la compañía, Ricardo Domínguez García-Baquero, nombrado en abril de 2021 en sustitución de Belén Gualda , que pasó a presidir la SEPI, la sociedad estatal de la que depende Navantia.

El patrullero de Marruecos es un balón de oxígeno para San Fernando, pero también para Puerto Real, que aspira a un pellizco del corte de bloques de este barco. Su obra viene a cubrir de manera temporal el espacio de tiempo que necesitará Navantia para poner en marcha el nuevo contrato firmado el pasado noviembre con Arabia Saudí para la construcción de otros cinco barcos. Este encargo, a diferencia de las corbetas, se llevará a cabo por transferencia tecnológica, es decir, la empresa española construirá en la Bahía de Cádiz una parte de los buques, mientras que la otra será construida en un astillero saudí bajo la dirección técnica de Navantia. De hecho, ambos países están cerrando ahora los últimos flecos de este acuerdo naval.

El patrullero de Marruecos que anunció en enero de 2021 la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, es un barco del modelo Avante 1800, pero más desarrollado que las cuatro unidades vendidas a Venezuela en 2012. Se trata de un moderno buque diseñado por Navantia, con una longitud de 89 metros y 13,3 de eslora, con una dotación de 46 personas y capacidad de albergar a otras 12, según el dossier oficial de los astilleros. Además cuenta con modernos sensores y radares, contramedidas electrónicas, un cañón de 76 milímetros y sistema de lanzamiento de misiles, así como un puente para llevar un helicóptero. Su fabricación supondrá un millón de horas de trabajo para los astilleros de la bahía de Cádiz y 1.100 puestos de empleo directos, indirectos e inducidos.

Este contrato ha sufrido varios altibajos desde que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo anunciara en enero de 2021 durante una visita al astillero isleño. Marruecos comunicó en abril de 2019 las especificaciones del contrato para la construcción del patrullero y Navantia presentó su oferta en agosto de ese año. Los contactos entre Navantia y la Administración de la Defensa Nacional marroquí fueron permanentes desde septiembre de 2020 para adecuar todas las especificaciones técnicas del buque a los requisitos de su Marina y cumplir la hoja de ruta acordada en la negociación.

Sin embargo, las relaciones entre España y Marruecos quedaron rotas en la primavera de 2021. Las aguas empezaron a volver a su cauce en abril de 2022 cuando el presidente de España, Pedro Sánchez, visitó Marruecos. Sánchez, y el rey Mohamed VI acordaron una declaración conjunta sobre el Sahara Occidental, donde España daba un giro de 180 grados al reconocer la soberanía de Marruecos en este conflicto histórico.

Navantia ya suministró patrulleros y una corbeta a la Marina Real de Marruecos en los años ochenta. El patrullero de altura se inserta dentro del Plan Estratégico de Navantia. Es un buque muy demandado en el ámbito internacional, con las consiguientes oportunidades de exportación a otros países.

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