Personajes
Pepi Muñoz, el sabor de las tiendas utreranas de antes
La tienda de Pepi, en la calle San Fernando, abre los 365 días del año
Es un establecimiento de los de antes, de los que en muy poco espacio uno puede encontrar prácticamente cualquier producto que ande buscando. El típico «desavío» de barrio al que se acude cuando se comienza a cocinar y nos damos cuenta de que falta un determinado ingrediente en la despensa, o el lugar donde los más pequeños van a comprar sus chucherías o ese sitio en el que uno puede saciar su apetito repentino cualquier día casi a cualquier hora disfrutando de un dulce o de un bocadillo de tortilla.
Autoservicio Pepi, en plena calle San Fernando, muy cerca de un lugar tan emblemático de Utrera como es el Arco de la Villa y la iglesia de los Dolores, es uno de esos lugares que tanto proliferaban en los pueblos de la provincia de Sevilla antes de la llegada de las grandes cadenas de supermercados y los centros comerciales, que han terminado por cambiar las costumbres de la mayoría de los ciudadanos. Un sitio muy peculiar, que cuando entramos nos asalta la pregunta de cómo en tan poco espacio pueden caber tantas cosas, y es que la palabra «no lo tengo», no entra en el vocabulario que maneja su responsable, Pepi Muñoz, siempre dispuesta a atender convenientemente a su clientela.
Lo más característico de este espacio es su amplio horario, ya que está abierto muchas horas al día, 365 días al año. Para Pepi no hay vacaciones, da igual que sea Viernes Santo, Feria o Navidad , su tienda está siempre abierta para los vecinos del barrio, que se han convertido con el paso de los años en prácticamente en su familia. «La verdad es que la cosa está complicada, por eso hay que abrir tantos días y no tener vacaciones ni un día al año. A estas alturas, tal y como están las cosas, lo único que pido es salud y vender mucho», explica Pepi, siempre preparada detrás del mostrador.
En la tienda de Pepi, que por las horas que pasa en ella se ha convertido en su hogar, no falta una televisión siempre encendida para que le haga compañía, ni tampoco una pequeña butaca en la que sentarse a coser o una tabla de planchar, para entre cliente y cliente aprovechar el tiempo. Es un lugar donde es posible encontrar fruta, productos de charcutería, chucherías, bebidas, dulces, pan, lácteos, o tortillas y pechugas empanadas por encargo. La frialdad propia de otros establecimientos más grandes no existe en este rincón de la calle San Fernando, Pepi conoce perfectamente los gustos de cada uno de sus clientes, a los que llama siempre por su nombre. Lo más destacado es su vitalidad y el buen humor que destila en su puesto de trabajo.
Desde hace 18 años Pepi se encuentra en el local que actualmente ocupa en la calle San Fernando, aunque anteriormente había ocupado otro lugar en esta misma calle, que ella entiende como su casa, ya que como asegura «he vivido en la calle Don Pedro y me casé en las Hermanas de la Cruz». También regentó un establecimiento de parecidas características en la calle Menéndez Pelayo, mientras que anteriormente trabajó en la plaza de abastos de Utrera, primero llevando adelante un puesto de verdura y fruta y posteriormente uno dedicado a productos de limpieza.
Merece la pena entrar en este singular lugar, donde uno siente la sensación de retroceder en el calendario unos cuantos años y tener la convicción de que aunque sea la primera vez que la vemos, conocemos a Pepi de toda la vida .