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El salón árabe del Ayuntamiento de Utrera, el sueño de Enrique de la Cuadra
Muchos vecinos han podido redescubrir estos días la magia de una de las estancias más singulares del Consistorio utrerano
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La exposición del barquito y la corona de la Virgen de Consolación ha permitido a numerosos visitantes ver de cerca una de las joyas más preciadas de la patrona de Utrera. Pero a pesar de que el barquito es una de las piezas artísticas más singulares con las que cuenta el patrimonio de la localidad, una de los principales atractivos de la exposición consiste en la apertura del salón árabe del Ayuntamiento de Utrera, un auténtico tesoro escondido en la casa consistorial, que da cobijo a la muestra.
En los últimos meses se ha trabajado al máximo para que el salón árabe del Ayuntamiento de Utrera recupere todo el esplendor perdido en los últimos años, hasta el punto de que eran muchos los utreranos que no habían podido contemplarlo nunca de cerca, ya que se encontraba en unas condiciones lamentables de conservación. Es una estancia pequeña, pero en la que está concentrada la maestría de indudables artistas, que dejaron para siempre un trocito de oriente en Utrera.
El salón árabe es una muestra más de la apasionante historia con la que cuenta el palacio de los condes de Vistahermosa y marqueses de San Marcial, que en la actualidad se ha convertido en el edificio que alberga el Ayuntamiento de Utrera. Este inmueble, comenzó a construirse en el siglo XVII, pero ha sufrido modificaciones tanto en el siglo XVIII como en el siglo XIX.
Desde finales del siglo XVII hasta 1831 la casa fue propiedad de los condes de Vistahermosa, mientras que en el año 1877 llega el momento que iba a definir para siempre la personalidad de este inmueble, que pasa a manos de Enrique de la Cuadra, un ilustrado utrerano que plasmaría todos sus sueños en esta casa palacio.
Lujo y suntuosidad en la casa palacio
Es en el último tramo del siglo XIX, un periodo crucial para Utrera en el que todo estaba cambiando, cuando la casa palacio se llena de lujo y suntuosidad. Las diferentes estancias se llenan con los mejores artesanos del momento y llegan los más exclusivos materiales de todo el mundo. Fruto de este impulso nace el salón árabe, una auténtica joya arquitectónica con yeserías y estucos, que trasladan al visitante al lejano Oriente. Las columnas, las filigranas y los espejos consiguen un efecto de ensueño que convierten este pequeño espacio en uno de los más singulares de toda Utrera.
No fue este el único lugar del Ayuntamiento de Utrera que sirvió para la expansión de la imaginativa mente de Enrique de la Cuadra, para la escalera principal se utilizó mármol de Carrara, al igual que en el salón Pompeyano, que se usaba como comedor de verano, para el salón Alemán se usaron los maderas más nobles, llegadas del continente americano, a los que se unieron el salón Japonés o el salón Azul, que servía como salón de baile.
Todo se completó con un magnífico Jardín Romántico, que dio cobijo a las fiestas más destacadas de la época al más puro estilo «El Gran Gatsby». Además se situaron todas las colecciones artísticas de Don Enrique: restos arqueológicos, armaduras, todo tipo de pinturas, muebles, esculturas y una gran colección de retratos y paisajes de su protegido Eduardo Cortés. Un ambiente de ensueño, que terminó esfumándose con la muerte de Enrique de la Cuadra en el año 1894, que marca el declive de este edificio, que acabaría convirtiéndose en la sede del Ayuntamiento de Utrera en el siglo XX. Una grandeza que hoy en día es posible apresar gracias a la calidad de las estancias que han permanecido para el asombro de los amantes de la historia.
Pedro Hurtado, supervisor de la restauración
Los trabajos que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Utrera para tratar de devolverle el esplendor perdido al salón árabe han sido dirigidos por Pedro Hurtado, con resultado ciertamente espectacular. Las tareas se han centrando en la recuperación de los colores originales de las pinturas, la restauración de columnas, reposición de cornisas, molduras, espejos y fragmentos de mármoles y escayolas.
Otra de las actuaciones ejecutadas ha sido la colocación de un nuevo techo en el vestíbulo previo a la entrada al salón, ya que el existente presentaba peligros de desprendimientos. También se han restaurado las puertas y ventanas que dan al Jardín Romántico y se han colocado lámparas más acordes con la estancia y que resaltan los colores y figuras de la estancia.
Una rehabilitación que ha permitido que el salón árabe vuelva a la vida, para que a partir de ahora la localidad haya ganado un nuevo espacio que acoja todo tipo de eventos culturales.
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