utrera

Criado en un hospicio y heredero millonario a los 59 años

Un juzgado ha reconocido a Esteban Marchena como hijo biológico de un rico empresario agrícola

Criado en un hospicio y heredero millonario a los 59 años ABC

M. J. PEREIRA

Tres hermanos de Utrera tendrán que repartir la herencia que recibieron de su padre, J. V. U., con un hijo que su protenitor concibió fuera del matrimonio, según una sentencia del Juzgado de Primera Instancia 3 de esa localidad sevillana,sentencia que puede ser recurrida por los demandados. Esteban Marchena García, de 59 años y camarero en Palma de Mallorca, mostró ayer su satisfacción al ser reconocido como hijo biológico de ese empresario agrícola de Utrera y su derecho a recibir parte de la herencia de más de dos millones de euros que dejó. «Mi gran pena –dice– es que mi madre se murió hace dos meses sin conocer esta noticia».

Encarnación, la madre de Esteban, se quedó huérfana con 13 años. Cuatro años después, cuando aún era menor de edad, se quedó embarazada de J. V. U., en cuyo domicilio trabajaba como sirvienta, según relató ayer a ABC Esteban. «Mi padre tenía entonces 34 años y estaba soltero. Al tener relaciones sexuales con mi madre, menor de edad, cometió el delito de estupro. Aunque siempre le dijo que si pasaba algo no se preocupara porque él se iba a casar con ella, en cuanto supo que estaba embarazada la echaron del trabajo, por lo que mi madre –cuenta– pasó muchas necesidades».

Cuando Encarnación dio a luz dejó a Esteban con una señora con nueve hijos. «Para pagar mi sustento mi madre se fue trabajar a El Coronil», relata el demandante, que aún recuerda cómo la gente del pueblo le decía «Ahí va tu padre» cada vez que J. V. M. aparecía delante de él. «Mi padre nunca se dignó a mirarme a la cara», se lamenta Esteban, quien estuvo en Utrera hasta los 7 años, cuando le enviaron a la Casa Cuna de Sevilla.

«A los 15 años me fuí a El Coronil a ayudar económicamente a mi madre, que se había casado con un señor de allí, con el que tuvo cuatro hijos. Ella fue muy feliz en su matrimonio y yo tengo una relación estrecha con mis hermanos de madre, con quien espero celebrar pronto este triunfo judicial».

Cuando cumplió 17 años, Esteban se marchó a las islas Baleares a trabajar, donde se casó y tiene cinco hijos. «Cuando yo tenía 20 años mi madre me confirmó quién era mi padre. Hace nueve años –cuenta Esteban Marchena– murió mi padre. Poco después, en 2007 intenté sin éxito llegar a un acuerdo con los tres hijos que mi padre tuvo con la mujer con la que se casó después de concebirme a mí. Mis hermanos no han querido saber nada, por lo que encargué en 2009 al letrado Fernando Osuna que iniciara una demanda de filiación». ¿A qué tiene derecho Esteban ahora que la justicia le ha dado la razón? Según su abogado, la herencia consiste en fincas rústicas y viviendas valoradas en más de dos millones de euros, aunque sospechan que haya otra parte oculta. Ahora sus hermanos tendrán que repartir esa herencia con él y si han vendido los bienes y gastado ese dinero deberán pagar de sus bolsillos la parte que le corresponde. «Yo no tengo necesidades económicas porque trabajo 14 horas como camarero en un hotel y como jardinero pero al menos he podido conocer mis verdaderas raíces. Eso sí, nadie ha podido explicarme aún por qué mi padre fue tan malo y permitió que me criara en un hospicio siendo su hijo».

La sentencia puede ser recurrida en apelación por los hermanos de Esteban Marchena. Una vez sea firma el demandante podrá ser inscrito como hijo de J. V. M. en el Registro Civil de Los Molares, una pedanía de Utrera.

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