DESALOJO

Situación de «emergencia» para los vecinos desalojados

Los vecinos desalojados de JardínAtalaya denuncian que las administraciones no ven la urgencia en que un edificio se derrumbe sobre un colegio ni en que ellos estén sin hogar

Situación de «emergencia» para los vecinos desalojados abc

E. FUENTES

Cuando el 10 de octubre, las 39 familias del bloque 1 de la urbanización Jardín Atalaya de Camas se despertaron en sus hogares, no se podían imaginar que sería el último día. Hace ya más de un mes desde que se produjera el desalojo de este bloque en peligro de derrumbe por el estado de uno de sus pilares, debido a las arcillas expansivas sobre las que se asienta el edificio. Un tiempo en el que se han agrietado no sólo sus casas, sino sus vidas. Con lo básico han tenido que enfrentarse a una situación desesperante.

Precisamente la desesperanza es lo que más se aprecia en estos afectados. Eso y la solidaridad entre ellos . Un afecto que sólo surge en situaciones de emergencia como la que están viviendo. Lejos de sus hogares, sin ayudas, asfixiados económica y personalmente, y con una losa encima: no sólo el miedo a perder su hogar sino también a que el bloque se derrumbe encima del colegio La Colina, ubicado junto a esta urbanización.

No es de extrañar que muchos de ellos no puedan articular palabras sin que las lágrimas asomen a sus ojos. Es el caso de María. Ella ha tenido que alquilar un piso con otros vecinos porque no puede hacer frente a más gastos.

La mayoría de los afectados vive la misma situación. Algunos son mileuristas , otros pensionistas, otros ni siquiera tienen trabajo y han de mantener a familias de cuatro miembros... y aun así, no podrán acogerse a una subvención que la Junta tiene previsto poner en marcha en 2015 porque el 75 por ciento de los vecinos supera el 2,5 del Iprem. En el anterior Plan de Vivienda los requisitos eran menos restrictivos. Ahora hay menos dinero. También en la Junta; y ha de repartirse «a los más necesitados», como argumenta la delegada territorial de Fomento y Vivienda, Granada Santos. Y es que, como ha afirmado el presidente de esta comunidad de vecinos: «Nuestro problema es que somos familias normales».

Supervivencia

Pepe y Ana, con dos niños pequeños y sin trabajo fijo, han pasado de vivir a sobrevivir. «Esto se llama supervivencia». Alojados en casa de unos familiares, con sus escasos ingresos han de hacer frente a la hipoteca —que han intentado renegociar pero el banco les impone unas condiciones «asfixiantes»—, al pago del estudio que se está haciendo para determinar el alcance de la obra, a sus gastos corrientes, al guardia de seguridad que vigila el bloque y, desde el pasado miércoles, también han de pagar las vallas del perímetro del mismo... «Cuando haya que hacer la obra, nosotros no podremos asumirlo» , asegura Pepe. Lo mismo le ocurre a la familia de Javier; son cuatro y sobreviven con solo el sueldo de su mujer. En tan sólo un mes gastaron todos sus ahorros.

La situación está llegando a afectar incluso la salud de algunos vecinos. María Jesús ha tenido que ir al médico, «estoy con ansiolíticos». Ella y su marido llevaban 38 años en el bloque. Son dueños de un negocio que no va bien. Tienen una hija pequeña con la que se han tenido que ir de alquiler, pero solos no pueden hacer frente a todo. «Mis hijos mayores nos tienen que ayudar», explica conmovida.

Dos niños y 800 euros

Eva se ha ido con sus padres. Tiene dos niños y su sueldo apenas alcanza los 800 euros . «No me puedo permitir mantener dos casas y encima hacer frente a los extras», señala esta joven. Rosalía, pensionista, se ha ido con su hermana; Isabel y su marido, que no es ni mileurista, con sus cuñados... y así una larga lista de nombres que se enfrenta a una pesadilla. «Compré el piso en 2007. Desde entonces ha tenido problemas», comentaba otro de los afectados.

El seguro del bloque no se hace cargo, los bancos no les dan crédito, la Junta no les aporta soluciones, el Ayuntamiento se ha hecho cargo durante un mes de las vallas de seguridad y del alojamiento de algunos vecinos pero ya ha pasado ese mes. Y ellos, mientras, sin solución. «Se pasan la pelota de unos a otros», señalaban muchos afectados.

Una reunión de urgencia

Tras varios intentos infructuosos con la Junta, el pasado martes, aprovechando una visita de la delegada territorial de la Consejería de Fomento y Vivienda, los afectados le exigieron una solución. Santos se comprometió a mediar con el delegado del Gobierno para que asista a una reunión (promovida por los vecinos) con ella misma, el alcalde, las familias afectadas y Asuntos Sociales, dada la urgencia de esta situación. La delegada afirmó asimismo que, por petición del alcalde, iban a presentar un escrito al administrador concursal de la empresa Sodecsa (en liquidación) para negociar que, de manera temporal, puedan usarse las VPO vacías de la entidad para alojar a estos afectados.

El PP denuncia

La Junta puede ayudar. «Es mentira que el Gobierno andaluz no cuente con opciones para apoyar económicamente a las familias desalojadas», dijeron ayer las diputadas Patricia del Pozo y Macarena O’Neill.

Sin plan en vigor. «No es necesario que esté en vigor ningún plan autonómico de rehabilitación de viviendas para que la Junta de Andalucía pueda actuar», según estas parlamentarias.

Convenio con el Estado. Recuerdan que existe un convenio con el Gobierno para aplicar el plan estatal de vivienda, que contempla ayudas, sin requisitos de renta o económicos, para edificios con daños estructurales

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