Un Adán canoso ante una difícil decisión
Uno de los vértices del triángulo amoroso que se formará en «Adán y Eva» no soportará la presión y dejará el programa
Tormenta en el paraíso de « Adán y Eva ». Un catalán con varios títulos de belleza a sus espaldas, una Eva distinta a todas las mujeres a las que ha conocido hasta el momento y una segunda aspirante de cuerpo de infarto formarán un triángulo de grados dispares en sus vértices que saltará por los aires en el próximo programa de «Adán y Eva», que Cuatro emite este martes, a las 22:30 h.
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Esta octava entrega del programa revelación de la temporada llega con fuerza y ofrece dobles intenciones, pasión , desencanto y más de una discusión. Por primera vez, un participante del programa decidirá abandonar el paraíso y dejar de buscar a la persona de sus sueños ¿Quién será? ¿Por qué?
Kike, un play boy empedernido
Kike es monitor de esquí. Se sabe guapo y títulos como el de Míster Lleida, Míster Elegancia Barcelona o guapo de Aragón se lo certifican. Acostumbrado a tener relaciones con mujeres muy atractivas, Kike confía mucho en su aspecto físico e incluso afirma que en ocasiones sus parejas se llegan a sentir por debajo de él. Tanta buena vida se traduce en que ahora Kike necesita estabilidad y cree que en «Adán y Eva» podrá encontrar a esa mujer que le haga sentar la cabeza y sentir el verdadero amor.
Ella podría ser Nuria, una joven azafata con mucho mundo e infinidad de viajes a sus espaldas y con una actitud completamente naif ante la vida. Cosmopolita gracias a su profesión, Nuria es romántica e inocente aunque su conducta ante hombres como Kike revela una estudiada sensualidad. Nuria busca a su hombre ideal, a un príncipe azul que le colme de atenciones y que le haga sentirse completamente especial.
Sin embargo, el paraíso les tiene preparados una sorpresa con nombre de mujer: Yolanda, una policía municipal de físico escultural y muy segura de sí misma. Su éxito con los hombres no se corresponde con la mala suerte que ha tenido en el amor. Cansada de no encontrar a su perfecto Adán, cree que la isla puede ser la oportunidad ideal.
La convivencia de un Adán y dos Evas provocará una tempestad en el Paraíso de tales dimensiones que uno de los tres inquilinos decidirá, sin avisar, abandonar la isla.