La «fiebre decó» invade el Barrio de las Letras
Más de 100 locales cercanos a la calle de Huertas exhiben intervenciones artísticas especiales
No es que esté fuera, sino que la tenemos en la calle, en un palacio del XIX de Chamberí —como es el mercadillo de Hanbel—, en una muestra como Casa Decor, en todo un barrio como DecorAcción y hasta en la sopa. La «fiebre decó» toma la calle estos días y la inunda de exposiciones, ferias y saldillos. En definitiva, creatividad y color en ambiente urbano.
Un año mas, la locura se apodera durante 4 días de todos los locales del Barrio de las Letras . Cien espacios cambian de imagen gracias al proyecto efectista y efímero de otros tantos profesionales. Aquí colaboran todos y es gracias al cruce de tres organismos como son el Ayuntamiento de Madrid, la revista Nuevo Estilo y la Asociación de Comerciantes del Barrio de las Letras que se ponen en marcha con esta iniciativa.
Por primera vez se ha nombrado un comisariado a cargo de Susana Sancho de Céspedes Estudio Noviembre, para vigilar cumplidamente la viabilidad y los plazos y velar por la calidad de los proyectos. «Aquí intervienen estudios estrella, pequeños interioristas y estudiantes de varias escuelas y a todos les tenemos que exigir lo mismo y lo que es curioso es ver cómo todos han colaborado y se ha creado un ambiente proactivo».
El objetivo es democratizar la decoración sacándola a la calle de la mano de figuras tan reconocidas como Tomas Alía, que interpretará el espacio del Restaurante La Verónica; Erico Navazo, Nacho Garcia de Vinuesa, Luis Garcia Fraile, Antoni Arola o Pablo Paniagua en el convento de las Trinitarias . Pero además encontramos una selección de estudios que recrearán el mundo de Alicia en el Pais de las Maravillas en plena calle, la intervención de Jean Porsche diseñando para Mahou una castiza verbena madrileña en la Plaza de las Letras , las creaciones de los alumnos de la U de Nebrija en el Hotel Radisson Blue o los de IADE con su cúpula y sus efectos óptica de la calle Fucar.
Es el primer año que se comisaría y esta supervisión sirve para que todos los proyectos tengan una altura de calidad y sobre todo una seguridad de plazos de entrega, evitando así sorpresas de otros años. «El tema no siempre es libre pero este año lo es aunque muchos interioristas se unen para hacer temas comunes —nos cuenta Susana—, nos fijamos mucho en los materiales pues tienen que ser efímeros pero también baratos y con buen resultado de uso en intemperie. A ninguno de los intervinientes les cuesta dinero participar pero sí que tienen que llegar a un acuerdo de presupuesto y de gasto con el local».
El local por su parte debe de estar inscrito en la asociación de comerciantes del Barrio y es realmente una oportunidad comercial importante pues se genera un gran movimiento. «Y no, —continúa Susana— no encontramos un leit motiv común a todos , pero lo que sí es común es la tendencia al efectivismo y es curioso que en esta tiempo, no veamos esa gran preocupación tecnológica que podías esperar, lo cual es también una novedad y en fin, la magia de 100 equipos diferentes trabajando a destajo en 100 locales distintos, con 100 proyectos diferentes en un solo barrio…y siempre se termina a tiempo».
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