Un «elogio a la estupidez» al combinar objetos cotidianos
La Junta de Distrito de Retiro ofrece, hasta el viernes, la exposición «Objetos imposibles», de Jaime López Molina
Un bailarín pegado a un sacacorchos, una pistola que sirve como asidero de una cafetera o un «pinzadrilo», animal imaginario mitad pinza, mitad cocodrilo. Son sólo tres ejemplos al azar del contenido de la exposición «Objetos imposibles» , que ofrece la Junta de Distrito de Retiro hasta el próximo viernes, día 29 de septiembre.
El autor de las obras es el artista Jaime López Molina quien considera, como ya hizo Erasmo de Rotterdam, que la mejor forma de definir los objetos imposibles sería la de considerarlos como un elogio a la estupidez. Aunque después de disfrutar de las diversas creaciones de López Molina, más que de elogio a la estupidez se puede hablar de un ejercicio de ingenio gracias al dominio del diseño gráfico y las ilustraciones digitales.
A los ejemplos ya citados hay que sumar, entre una colección de cuarenta, otras láminas bautizadas por su creador como «flauta viperina», «conversación caliente» , «trono de oficina», «protector de ideas» o «pintura de acero», con las que López Molina plantea asociaciones gráficas que llaman la atención del espectador, sea o no un experto en arte moderno.
Los interesados en descubrir el mundo de «Objetos imposibles», podrán comprobar cómo elementos habituales del día a día pueden cobrar una nueva vida con sólo tomarse la molestia de combinarlos entre sí.
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