Entrevista a Jerry González
Veladas para descorchar buen jazz
Jerry González protagoniza este domingo la segunda sesión del festival Ingenia Jazz & Wine, que ofrece un maridaje de vino distinto con cada artista

Este mes de julio se podrá vivir en el Teatro Alcázar una original experiencia sensorial que estimula el olfato, gusto, oído y la vista del público maridando el vino y el jazz (con precios a 12 euros, maridaje incluido), con un caldo a medida para cada artista. Ingenia ya ha presentado a Janine Johnson, el próximo día 23 será el turno de Sweet Adú, y este domingo le toca a Jerry González, un veterano que ha colaborado con gigantes del jazz y la música latina como Dizzy Gillespie, Eddie Palmieri, Tito Puente , McCoy Tyner o Jaco Pastorius, y que tras participar en la película «Calle 54» de Fernando Trueba se asentó en España para convertirse en uno de los pioneros de la fusión entre el flamenco y el jazz latino. Mañana se presentará un vino creado exclusivamente para él, el Tinto Edición Limitada «Jerry González», y sonarán algunos temas inéditos del nuevo triple álbum-libro que presentará próximamente.
—¿Ha participado en una iniciativa similar alguna vez?
—Me parece muy buena idea. Toqué hace cuatro años en el Bordeaux Jazz & Wine Festival y hace mucho en otro en Illinois.
—¿Es aficionado al vino? ¿Qué vino marida mejor con su música?
—Sí, soy aficionado. Me gusta que me sorprendan. Este año me he aficionado a ir con mi amigo Javier Rebollo a un sitio que hay en el mercado de San Fernando donde tienen unos vinos muy personales, siempre me sorprenden. El vino que marida mejor con mi música es la edición Jerry González que han sacado las bodegas Ingenia este año. Se hace en Colmenar de Oreja y tiene una nota bien sabrosa.
—¿Cómo ha sido su último año?
—He estado ocupado en regresar a Madrid y en practicar. Llevaba tres años en Galicia y extrañaba Madrid. He montado un grupo nuevo con Iván Melón (piano), Dany Noel (bajo), Georvis Pico (batería), Norman Hogue y Santi Cañada (trombones), con el que van a pasar muchas cosas. He escrito un pequeño libro autobiográfico y he preparado un doble disco recopilatorio de material inédito que pronto saldrá. También he estado ocupado con cuestiones más cotidianas como buscar piso en Madrid, encontrar escuela para mi hija, llevarla al parque, cocinar...
—El año pasado celebró sus 50 años de música con varios conciertos en Madrid. ¿Los vivió con nostalgia?
—Fueron unas noches inolvidables reencontrándome en el escenario con amigos con los que no tocaba en mucho tiempo, como Kirk Lightsey y Niño Josele. Siempre fui un nostálgico.
—¿Qué es lo mejor y lo peor que le ha pasado en esta profesión? ¿Y lo peor?
—Lo mejor, tocar con casi todos mis ídolos y llegar a desarrollar una comunicación musical muy profunda con determinados músicos, también viajar. Lo peor: todos los pillos que hay en la industria discográfica aprovechándose de los músicos.
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