Por qué el «Resistiré» hace temblar los balcones
La canción de El Dúo Dinámico está tan de moda que la Comunidad de Madrid ha pedido a los madrileños que se graben cantándola en sus terrazas. ¿Qué tiene esta canción, y por extensión la música, que nos ayuda tanto en estos momentos?
Nos cuenta Victoria Ocampo en su ensayo «Juan Sebastian Bach, el hombre», que Bach compuso Las «Variaciones Golberg» para el conde Keyserling, que padecía insomnio. «Como quien va hoy al médico para pedirle un barbitúrico, el conde le encargó a Bach algo suave y de carácter más bien sonriente», siendo el clavecinista Golberg quien finalmente las interpretó cada noche para que conciliara el sueño.
No hace falta ser psicólogo para saber que la música y toda forma de expresividad creativa no sólo es la aspiración más noble, sino la más terapéutica cuando sufrimos la angustia, la soledad, el desamparo, la incertidumbre, la enfermedad y la precariedad. Pero, lo que sí saben los psicólogos a través de la musicoterapia, de los estudios neurocientíficos y de su propia práctica clínica, es que la música, el baile, el canto, la pintura, la escritura, la conversación y toda forma de creatividad, es una ayuda inestimable para aquellas personas que tienen una dificultad para responder a la angustia . Y no hablo ahora de los múltiples momentos de angustia por los que todos pasamos, sino de esa angustia que inaugura y acompaña la existencia humana en el corazón de la vida. No es el momento de enumerar estas dificultades, como tampoco es el momento de enumerar las diversas defensas psíquicas con las que respondemos y construimos nuestra subjetividad singular y, mucho menos, no hace falta hablar de las consecuencias de su ausencia.
Pero lo que sí debemos recordar todos, es que en este momento tan estremecedor, incluso a los que puedan tener sus defensas psíquicas bien engrasadas les va a costar elaborar lo que está pasando en la habitación de al lado, en su casa, en la del vecino, en su país, en el planeta y, en sí mismos. Así, que ahora es cuando la música es el instrumento más acogedor para ese desasosiego inquietante, ya que es capaz de integrar todos los aspectos: físico, emocional, mental y espiritual. Por ejemplo, C. Trallero nos recuerda en su artículo «Musicoterapia para el estrés: cómo recobrar la calma interior», que la música, a través de los elementos que la constituyen, se vincula con los distintos aspectos de la vida humana: el ritmo afecta al cuerpo , creando resonancias por simpatía con los ritmos vitales (respiración, latido, etc.), la melodía nos permite recordar , tararear o evocar sensaciones difíciles de ser expresadas con palabras, y la armonía, como superposición de distintos sonidos, estimula nuestra mente que escucha por separado al mismo tiempo que atiende al conjunto. Los sonidos musicales se propagan a través del aire e impactan en nuestros cuerpos y en nuestras mentes, en un efecto inmediato y maravilloso, y no se esconden, no se ocultan agazapadas como el maldito coronavirus.
La música nos conecta con nuestro mundo interno, pero también nos transporta a realidades más allá de nosotros . Buena prueba de ello es ver en estos días a tantos músicos ofreciendo desde sus balcones o por Internet sus mejores dotes, o incluso componiendo canciones en medio de este desastre. No podremos aplaudir a todos, después de que nos ardan las manos de aplaudir a todos los que nos están cuidando, pero yo animo en particular a los músicos a seguir creando el elixir que tanta falta nos hace y nos hará, porque la música tiene la capacidad más directa para sensibilizar al ser humano, y es uno de instrumentos más eficaces para acercar culturas diversas, no sólo hoy, sino a través de toda la historia de la Humanidad.
En estos días, mi querida madre, psicóloga clínica de profesión, sigue atendiendo a algunos de sus pacientes por Skype o videollamadas, y me cuenta que le ha sorprendido escuchar cómo una de ellas, mientras leía una biografía de Nirvana, escuchaba su música y le ayudaba muchísimo al evocar experiencias muy agradables; o cómo otra paciente descubría que el mejor ejercicio físico que podía hacer era bailar con sus canciones favoritas; o cómo un padre sacaba su guitarra y daba conciertos a sus hijos , logrando calmar a los más hiperactivos.
La música, como cualquier expresión artística, se crea en ese espacio intermedio entre la realidad y la fantasía que nos hace humanos , un espacio que en momentos como este se torna refugio indispensable para todos nosotros. Es por eso que el «Resistiré» del Dúo Dinámico, con esos versos tan acertados en estos momentos («Cuando sienta miedo del silencio», «Cuando el mundo pierda toda magia», «Cuando mi enemigo sea yo», «Cuando me amenace la locura»), y por extensión la música, hace temblar los balcones.