Muse, el gran espectáculo de la épica

El trío británico actuará en el Barclaycard Center los días 5 y 6 de mayo, con un concierto que promete increíbles efectos visuales y drones para presentar su disco «Drones»

Muse ABC

PABLO CARRERO

Dejando aparte al omnipotente Springsteen , el rock de dimensiones sin límite, ese que pasa por ser el único género que resulta aceptable ser programado en un recinto en el que el público apenas es capaz de distinguir a los personajes que tocan y se mueven encima del escenario –si es que eso tiene gracia alguna–, llegó a su cénit con U2, que hicieron de la comunión con muchos millares de sus seguidores una parte esencial del espectáculo. Oasis o Coldplay mantuvieron viva la llama del asunto, pero, sobre todo desde la edición de su segundo disco, «Origin of Simmetry» (2001), son Muse los reyes indiscutibles de este peculiar formato.

Y es que la música del trío británico es ciertamente épica, arrolladora y grandilocuente, y, al mismo tiempo, seductora y enormemente comercial, no en vano sus responsables se han convertido en una de las formaciones de mayor popularidad de la escena del rock internacional .

La banda se formó a mediados de los noventa en torno a la figura del vocalista, compositor y guitarrista Matt Bellamy, cuando este reclutó a su base rítmica ( el bajista Chris Wolstenholme y el batería Domonic Howard ) después de haber militado cada uno de ellos en diferentes bandas de escasa trayectoria. Empezaron a tocar con frecuencia en los circuitos de clubes de ciudades como Manchester o Londres y lograron cierta notoriedad a raíz de su gira como teloneros de Skunk Anansie , ya en 1998. Ese mismo año se publica el primer Ep del grupo, al que, unos meses después sigue un segundo, «Muscle Museum», ya a comienzos de 1999, con el que escalan hasta el número tres de las listas independientes.

Aclamados por su poderoso e impactante directo, Muse empiezan a colarse en la programación de distintos festivales, de manera que cuando aparece «Showbizz» , su primer largo, cuentan ya con una sólida base de seguidores. El rock afilado, épico y un punto melancólico del trío se vuelve más sofisticado y también mucho más personal y significativo con la grabación de su segunda entrega.

Publicado en 2001, «Origin of Simmetry» , consolida a Muse como una de las grandes bandas del rock contemporáneo, condición que mantienen hasta la fecha. El disco fue recibido con críticas casi unánimemente positivas por la prensa especializada y puso a Muse definitivamente en el mapa.

Su tercer disco, «Absolution» , fue directo al número uno de las listas británicas. Igualmente poderoso y sugerente, contenía un buen montón de canciones pegadizas que combinaban de manera tremendamente efectiva arrebatos eléctricos y melodías pop. Así, sencillos como «Time is running out» , «Hysteria» o «Butterflies and Hurricanes» se hicieron un hueco en la parte alta de las listas.

Con más elementos electrónicos aunque igualmente fiero y potente, «Black holes and revelations» , inspirado en la afición de Matt Bellamy por la ciencia ficción, no hizo sino confirmar la posición del grupo en la élite del rock internacional, lo mismo que sucedió con su quinta entrega, «Resistance» .

Si bien en su siguiente disco, «The 2nd law» , se perdían por vericuetos electrónicos y bailables con escaso fundamento –el disco fue un relativo fracaso–, con «Drones» , editado el pasado año, Muse regresaban por donde solían, con las guitarras y la voz de Bellamy en primerísimo plano. Con él vienen dos días a Madrid, y el 16 de julio estarán como cabezas de cartel del FIB 2016.

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