Camellos: «Nosotros no hacemos ingeniería de hit»
El cuarteto madrileño, una de las revelaciones más sugerentes de la escena capitalina en los últimos años, presenta su esperado segundo disco «Calle para siempre» en la sala Independance, este viernes con entradas agotadas
Camellos son diferentes. Sí, diferentes en la era de los clones. Su propio nombre, abierto a interpretaciones, es la carta de presentación de su lenguaje, sus letras y sus expresiones, que acompañan a una música infecciosa en la que punk, rock y pop se hermanan con una naturalidad imposible. Tras un primer disco espectacular («Embajadores»), el cuarteto madrileño vuelve con «Calle para siempre» , un segundo álbum de maduración que conserva la frescura marca de la casa, y que igual que el anterior se publica bajo el paraguas del siempre efervescente y sugerente sello Limbo Starr. Lo presentan este viernes 13 de diciembre en la sala Independance de Madrid (Atocha, 127), con las entradas ya agotadas.
El éxito más o menos inesperado inesperado del primer disco habrá sido un buen acicate para hacerlo aún mejor, pero ¿ha supuesto un poco de presión por aquello de que salió así, espontáneamente? En plan, «¿cómo lo hacemos para mantener eso?» ¿Quizá ha habido un poco de ingeniería de hit esta vez en el proceso creativo?
Es cierto que hubo gente que nos dijo, después del primer disco, que iba a ser complicado superar la «frescura» de «Embajadores»: no se referían tanto a la calidad o variedad de los 15 temas que componía como a la inmediatez y rabia espontánea que parecía transmitir, algo con lo que estamos de acuerdo. Esta vez todo ha sido un poco más pausado, aunque no hayamos parado de girar y sacar cosas desde «Embajadores»: un EP de cuatro canciones y un doble single digital con dos versiones. Nosotros no hacemos ingeniería de hits, nos proponemos hacer lo que nos dé la gana sin perder de vista cómo somos. Tipo, podría pasar que nos salga algo que a priori nos suena muy raro o quizá «mainstream» pero entonces decidimos deformarlo a nuestra manera, hacerlo pasar por la fuerza por nuestro molde.
Al sacar el primer disco, mucha gente os comparó con bandas y creo que algunas de ellas ni las conocíais. ¿Alguno de esos grupos ha acabado convirtiéndose en nueva influencia?
Es cierto, incluso nos metieron en tags que nos dejaron fríos, como el «ska-rock». Joder, eso fue surrealista. En cuanto a bandas, seguimos sin entender muy bien la comparativa con Patrullero Mancuso y es posible que sea el desparpajo lo que hace que Siniestro Total siga saliendo, aunque en general nos hace gracia que lo que está en nuestra cabeza casi nunca coincida con lo que está en la prensa. Lo siento, esto no responde a la pregunta.
El doble sentido de «Calle para siempre» está genial. ¿Siempre habéis sido lo que se dice “chavales de barrio”? Uno puede llegar a pensar que ese concepto está desapareciendo…
Dos de nosotros hemos vivido siempre en grandes ciudades y los otros dos llevan mucho tiempo en Madrid, casi siempre viviendo en barrios, es decir, no en el centro turístico. Esto hace que hayamos visto siempre cómo se desarrolla la vida normal de la gente corriente, desde dentro. Además, venimos de familias humildes y no hemos disfrutado de ningún privilegio económico ni de contactos para llegar a donde estamos: ni en la música ni en lo demás. Esto hace que, aunque a veces ganes más o menos dinero, conozcas a más o menos gente o viajes aquí o allá y tu vida tenga glamour o sordidez, recuerdes siempre de donde vienes y tus pies se atornillen al suelo, casi. ¿Es posible que el trap y demás música urbana intenten rescatar el concepto de «gente de barrio» de forma estética y superficial? Es verdad que lanzar una pregunta al entrevistador sea absurdo pero ahí queda.
¿La introducción del disco es un homenaje a vuestro propio nombre? ¿Cómo surgió una idea tan arriesgada en estos tiempos de hipervelocidad?
Nos apetecía meter una introducción y un par de personas cercanas y anónimas con dotes para la interpretación decidieron simular una situación muy común en los fines de semana de parte de la población española. Sólo hemos dejado constancia de ello, humildemente.
Las letras siguen teniendo un costumbrismo gamberro muy infeccioso, ¿cómo soléis escribirlas? ¿Tomáis notas de cosas que os llaman la atención o que os parecen cómicas en vuestro día a día?
Las letras las escribimos de forma coral, los cuatro juntos y en el local de ensayo o alrededor de una mesa, con cuadernos. A menudo hay ideas que han venido «anotadas mentalmente» pero también hay mucha improvisación y nos pedimos ayuda mutuamente para expresar algo que está en la cabeza de uno pero sale mejor por la boca de otro. Si bien es cierto que no hablamos 24/7 con el vocabulario de nuestras canciones porque pareceríamos oligofrénicos, hay bastante de nuestra forma de hablar en ellas.
Los sintes de «Tentaciones» son una de las cosas novedosas en cuanto a instrumentación, creo. ¿Ha habido otros elementos nuevos en vuestro modus operandi en el estudio?
Nos apeteció desde el primer momento meter variaciones, como pudieran ser teclados (dado que varios hemos estado en los últimos años haciendo algo de música con sintetizadores) y percusión, además de probar a cantar a tres voces, en momento puntuales. No vimos que eso fuera a chocar con la propia esencia de la banda y, como siempre, dijimos que «por qué no, qué nos van a decir». Si alguien viene con que «eso no es Camellos», entonces no ha entendido nada.
Los coros y voces dobladas de estilo frat-rock siguen siendo marca de la casa, y creo que son un elemento fantástico para la comunión con el público en directo a la hora de cantar todos juntos. ¿Habéis notado un cariño especial del público que ha ido a veros? Quiero decir, en vuestros conciertos parece que nadie es público casual, que son todos muy fans. ¿Tenéis esa sensación?
Tenemos la suerte de tener un público al que no le da vergüenza involucrarse, es verdad: te gritan, cantan a voces, bailan, se tiran cosas entre sí (amistosamente), etc. Esto nos parece genial, por supuesto, pero la idea de las dos voces surgió como algo espontáneo al inicio, entre Frankie y Fer (cantantes) al estilo de Libertines y así se ha quedado. En este segundo disco quizá haya más dinámicas en general y cruces de voces en particular, pero la gente puede cantarlas como quiera siempre.
Los videoclips que habéis hecho hasta ahora son cachondísimos. ¿Hubo alguna anécdota especialmente hilarante durante los rodajes?
Nunca sale nada como originalmente lo has planeado, eso es saludable aceptarlo de antemano. Por tanto, si sabes capear el temporal con los recursos disponibles y te rodeas de gente de confianza, al final llegas a soluciones que incluyen la filosofía auténtica con la que empezaste. Las ideas originales de los guiones de nuestros clips se mantienen pero todo fluye, cambia, se destruye y al final pum, tienes algo histriónico y coherente con la canción.
El primer álbum tuvo un recorrido notable en directo, ¿la gira de salas será más ambiciosa con este nuevo disco? ¿Vais a tratar de redoblar vuestra presencia en festivales el próximo verano?
La verdad, esto es un input-output constante: te hacen ofertas, se te ocurren ideas para conciertos, tu sello llama, les llaman, te llaman, llaman a la policía…Vamos a intentar estar en todas partes, como siempre, como desde 2016. Tenemos la suerte de recibir cada vez más ofertas y saber lo que vamos a estar haciendo en fechas cada vez más lejanas, eso sí.
¿Cómo veis Madrid en cuanto a escena de conciertos de bandas locales? Se han vivido años bastante buenos en ese sentido, pero no sé si detectáis cierto final de etapa…
Hemos visto la música de guitarras cambiar bastante, la verdad. Parece que algo que en Madrid tuvo un «boom» como fue el garage de estilo USA hace 6-7 años ahora está en desuso, como antes flojeó el «indie» de estilo británico. Nos gusta que haya bastante mejunje y que este incluya elementos electrónicos, de punk «pureta», que se reivindique el castellano entre las bandas (sin tener nada en contra del inglés). Los públicos también los vemos más mezclados y eso es genial, incluyendo las edades: hemos visto en nuestros conciertos crowdsurfing de gente de 18 y de 35.
¿Vosotros pensáis en el futuro como banda? ¿Le dais vueltas a cómo queréis ir evolucionando? ¿O preferís disfrutar el presente e ir viendo qué pasa?
Disfrutamos del presente pero tampoco vivimos con el «carpe diem» esteta vacío. Nos preocupa siempre mejorar el nivel y la presencia pero tampoco rayarse con si el tercer disco tiene que ser así o estar hecho en el verano de 2020 o cosas por el estilo. Aunque nos guste mucho el punk, sí hay futuro y sólo si crees esto vas a tener tú mismo un futuro para ti y los tuyos.
Este viernes presentáis el disco en Madrid, ¿veremos algún cambio estético en cuanto a puesta en escena? ¿Hay algo más que queráis añadir o comunicar a vuestros fans?
Hemos preparado un show especial con más músicos, con proyecciones, hay una playlist colaborativa de Spotify llamada «Para no repetirnos» en la que estamos aceptando música de los fans para que suene desde la apertura de puertas hasta el concierto, mientras la gente calienta motores, etc. No vamos a decir mucho más, pero va a merecer la pena todo, lo musical y lo demás. Además, tendremos a la venta (con entradas anticipadas para la gente que se lo quiera asegurar de antemano) un vinilo 7’’ de un single extra de nuestro nuevo disco con un remix de Bronquio, artista andaluz de música electrónica de un gusto y una maestría que no caben en este texto.