En el destierro, pero arropados por los amigos
Al Relente asume su destierro a la zona juvenil tras casi cincuenta años en el paseo principal del Hontoria
Actualizado: GuardarDice el tango de Gardel que «veinte años no son nada», pero para los socios de Al Relente medio siglo de vida cuenta mucho.
Pues eso. Tras casi cincuenta años en el paseo Principal del Real de la Feria, van y la mandan al infierno.
Menos mal que los amigos, los verdaderos amigos, cumplen durante esta semana con la obligación de acudir al sitio en el cual han echado los dientes.
Desde 1958, cuando a alguien se le ocurrió clavar unos palos y tender una cubierta, colocar una barra y darle de beber al personal en mayo y en septiembre, Al Relente sigue manteniendo su idiosincrasia, y por eso se merece un mejor trato, al igual que otras casetas. Seis Doble, la Reunión, etc.
Con los hermanos Durán como maestros de ceremonias y Emilio Dorante a cargo de los hornillos. Asín sí que se lleva una caseta señor Bermúdez y señorita Gil.
Porque como exclama la rumba rumbera:
«Un grupo de aprovechaos
le ha robao el sitio Al Relente,
veremos si eso les sirve pá
aprender a estar con la gente»
Con este traslado pierde la gente y pierde el Real. Desde que Manuel Galindo iniciara esta aventura con un grupo de amigos y hasta que la ha heredado Gabi Mateos, los socios de Al Relente son más que una familia.
Hoy, tienen que guardar la puerta con un chico de seguridad, cuando jamás esto había ocurrido, porque para llegar a esta casa feriante se llega por derecho, con ánimos de pasarlo bien y sin necesidad de ser amonestado previamente. Uno mismo.
A pesar de todo, el marisco del día, el gazpacho, las frituras y los platos tradicionales de nuestra tierra que han hecho de esta caseta su santo y seña, sigue estando a disposición de los feriantes, aunque para ello haya que ir hasta el quinto pino.
Cuando lleguemos a él nos encontraremos con muchos amigos, muy buenos amigos, sus parientas, sus niños... pero como una minoría somos solteros, apadrinaremos durante unas horas a los retoños de los que abandonaron la soledad. ¿Igualdad ya!