Ingrid, en la escalinata de la plaza de España. / I. B.
INGRID ERIKSSON ESTUDIANTE DE ESPAÑOL

«Las mujeres suecas son más libres que las españolas»

Esta joven nórdica narra sus aventuras por tierras portuenses y muestra fallos y virtudes de la ciudad

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-¿Por qué decidió aprender castellano?

-Yo estaba estudiando inglés en Londres. Allí conocí a muchas personas de España y me hice amiga de una chica española, Paula. Vine a verla a Madrid y me encantó el país, pero era muy difícil comunicarme ya que aquí la gente no habla inglés. Así fue como decidí venir a España para aprender castellano.

-¿Por qué eligió esta ciudad?

-Bueno, tenía una amiga estudiando en esta ciudad y me dijo que era una ciudad pequeña, al lado del mar y con una animada vida nocturna. Justo lo que andaba buscando.

-¿Qué es lo que más le gusta?

-Sin duda alguna, el mar. No hay mar donde nací y la verdad que es algo que se aprecia mucho. La ciudad me encanta, ya que es muy acogedora y me hace sentir como en casa. Me gusta vivir aquí, no tengo ni un segundo para aburrirme, entre las clases, ir a la playa o salir con los amigos.

-¿Y lo que menos?

-Pues si tengo que ser sincera, no me gusta nada la mentalidad que tienen los hombres. En mi país, hay una mentalidad totalmente diferente. Aquí, se comportan de una forma muy grosera. No puedo ir por la calle sin que un hombre me grite algo o tenga que escuchar algún comentario sucio.

-Entonces, ¿no aguanta a los 'machos ibéricos'?

-Para nada, los hombres miran a la mujer de un modo que no me gusta nada, ya sea en un bar o por la calle. A veces, me siento como un trozo de carne.

-¿Cuáles son las principales diferencias que ve entre Suecia y España?

-La gente en mi país es más independiente que en España, y la familia tiene un papel menos importante. Se nota que Suecia está más desarrollada en muchos aspectos. Por ejemplo, la mujer tiene un rol mucho más marcado y tradicional en España. Pienso que las suecas somos más libres y estamos más emancipadas que las mujeres españolas. En mi país, hombres y mujeres son realmente iguales.