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COSO. Pese a la rapidez de Urbanismo, la reforma de la plaza no está decidida. / J. C. CORCHADO
Jerez

El empresario evita valorar el cierre hasta tener más datos

Balañá ya cuenta con la comunicación oficial autonómica La posible galería comercial es sólo «una intención»

E. VILA / D. PÉREZ/JEREZ
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Al menos de momento, el empresario de la plaza de toros, Pedro Balañá, prefiere mantener silencio sobre la clausura del edificio por mandato de la Junta de Andalucía. El también propietario ya tiene en sus manos el escrito sobre la comunicación oficial del cierre emitido por la Delegación del Gobierno andaluz en Cádiz, así que ahora deberá obtener todos los datos.

Al margen de estos problemas siguen sobre la mesa los planes municipales para el recinto, que avanzan a distinto ritmo egún las versiones de Urbanismo y del empresario. Aunque la Gerencia presentó el proyecto a los vecinos de la Barriada España, Balañá advierte que la construcción de un aparcamiento subterráneo de tres plantas y de locales comerciales en el edificio de la calle Circo aún no es seguro.

Según el propietario, Urbanismo aún no ha planteado una propuesta concreta para acometer esta intervención. En su último encuentro con el coordinador del área de Política Territorial, Pedro Pacheco, se puso sobre la mesa la idea de rentabilizar la plaza de toros, pero de momento continúa siendo sólo una intención. Cabe recordar que instalaciones como las de Granada, Los Barrios, Miraflores, Espartinas y Vistalegre (que tiene incluso un Corte Inglés) alberga comercios.

Por ahora, Balañá sólo reconoce que «todo es posible» y que «sólo hay que estudiar» las propuestas que haga Urbanismo y su viabilidad técnica y económica. No obstante, calcula que no habrá una decisión definitiva sobre la plaza de toros hasta dentro de unos «tres meses».

Sea como sea, por ahora el futuro de la plaza de toros jerezana continúa en el aire después de más de 110 años de historia. Fue en 1894 cuando se construyó el coso actual, reutilizando fachadas y mampostería del anterior edificio, destruido en un incendio. En el año 2002 se ejecutaron las últimas obras de reforma, que afectaron a los corrales, el desolladero, las cuadras y las oficinas dedicadas a administración.