«No podemos esperar otro vuelo»
El goteo de pasajeros al mostrador de Iberia buscando una alternativa a su viaje cancelado fue constante a lo largo de la jornada
Actualizado:El rostro de Yukie Shimabukuro refleja preocupación, pero sobre todo sorpresa. «¿Esta huelga es normal?», pregunta en inglés a LA VOZ mientras arquea las cejas. Sus familiares están ante el mostrador de información de Iberia en el Aeropuerto de Jerez, buscando una alternativa para su viaje de vuelta a su casa, en la isla japonesa de Okinawa, «conocida por Karate Kid», narra con una sonrisa esta japonesa, que ha acudido a la terminal jerezana para verificar si su vuelo a Barcelona saldrá hoy.
Desgraciadamente, su avión está entre el abanico de vuelos cancelado por los paros. Yukie Shimabukuro se sorprende cuando se entera de que son sólamente los pilotos los que han convocado los paros, y difícilmente entiende las razones de una huelga que la puede dejar a ella y a su familia en la estacada a 15.000 kilómetros de su hogar.
«Viajamos desde Sevilla a Barcelona con Iberia, y después a Roma; de allí a Taipei, y finalmente otro vuelo a Okinawa», relata esta japonesa, que ha cruzado medio mundo nada menos que para una boda de unos familiares en Sanlúcar de Barrameda. «Hemos preguntado si Alitalia vuela desde Jerez, pero ahora no sabemos qué hacer», señala serenamente.
«Nuestro vuelo desde Sevilla ha sido cancelado y no tenemos tiempo para buscar otro vuelo», narra Yukie Shimabukuro. El viaje de regreso a Okinawa desde España supone prácticamente veinticuatro horas de vuelo.
Por esta circunstancia, sus planes incluían un día de turismo y descanso por la ciudad eterna, pero la huelga de Iberia va a dar al traste con estos planes. «Espero que podamos encontrar algo para volver a Roma», afirma. El caso de Shimabukuro no ha sido el único. A lo largo de la jornada, el goteo de pasajeros ha sido incesante por los mostradores de Iberia, principalmente despistados y extranjeros que desconocían los paros, como una pareja de norteamericanos, que manifiestan su indignación al montarse compuestos y sin billete en un taxi cargado de maletas. «No podemos atenderle porque lo único que queremos es marcharnos», espetan a LA VOZ.
La indignación se hace extensible a los pasajeros del vuelo de Spanair que tuvo que volver a mitad de camino de Madrid «por un problema técnico», según Pablo Menéndez. «El vuelo se dio la vuelta y no nos han dado ninguna información», expresa Menéndez, que junto a sus cuatro compañeros de viaje, se han puesto a jugar al fútbol en el vestíbulo de la terminal.
La familia de Francisco Manuel Toro espera que su vuelo a Tenerife parta a su hora, sobre todo porque han viajado desde Badajoz en tren porque era «más barato salir de Jerez». «Hemos llegado con cuatro horas de antelación porque sabemos los problemas que hay y esperamos tener suerte».