El Santo Grial y el cuerno de la abundancia

Benedicto XVI vio ayer, en la catedral de Valencia, la copa que, según la tradición local, utilizó Jesús en la Última Cena. El Santo Cáliz valenciano fue examinado en 1960 por el arqueólogo Antonio Beltrán. Concluyó que está formado por tres piezas diferentes: la copa superior, de ágata cornalina, está datada entre el siglo II antes de Cristo y el I de nuestra era; el pie es un vaso egipcio o califal del siglo X u XI; y las asas, la unión, las piedras preciosas y las perlas son posteriores.

Beltrán aseguró entonces que la ciencia no podía pronunciarse en contra de la autenticidad de la reliquia; pero lo cierto es que tampoco podía hacerlo a favor. Que parte se remonte del siglo II aC al I de nuestra era no prueba que la copa sea el Santo Grial, al igual que el hallazgo de una barca de hace dos milenios en el mar de Galilea no demuestra que Jesús navegara en ella.

Los historiadores consideran el Santo Grial una leyenda de origen celta, vinculada a los míticos recipientes que proporcionaban alimentos en abundancia y asimilada por el cristianismo en la Edad Media.