El somormujo, un gran buceador

LA detección del virus H5N1 en un somormujo muerto en Vitoria es algo muy extraño para José Ignacio Pardo, director del zoológico de Santillana del Mar y experto en aves. Un fenómeno para el que no encuentra explicación. «Es como si aparece la fiebre amarilla en un país en el que no ha entrado ningún extranjero en dos meses», explica. El mes de julio se encuentra en medio de los dos momentos migratorios del año, la de primavera (hasta finales de abril), cuando las aves vuelan al norte para aparearse y criar, y la de otoño (a partir de septiembre), cuando regresan al sur con sus crías.

«Estamos en época de parada total -expone-, por lo que el ave debe ser 100% española». Para el especialista no tiene ningún sentido pensar que este caso aislado tenga que ver con los movimientos migratorios. Hasta ahora, se pensaba que la gripe aviar llegaría a España en algún ave que estuviera de paso.

Trópico de Cáncer

El somormujo lavanco o paleártico, un gran buceador y piloto torpón que necesita correr sobre el agua para despegar, se extiende por encima del Trópico de Cáncer entre dos meridianos imaginarios, uno sobre España, el otro sobre China. El verano, en aguas dulces, lo pasan en el norte de Europa y el invierno, a veces en aguas saladas, en el Mediterráneo. En unos movimientos estacionarios, casi en línea recta, desde el centro de Alemania hacia la península Ibérica, cuya principal puerta de entrada son los humedales del País Vasco y Cantabria; y hacia Italia, a donde llegan desde el Báltico y el este del continente.

«Muy pocas llegarán hasta África cuando se desplacen de nuevo a partir de finales de agosto. De hecho, hay algunos ejemplares que nunca abandonan nuestro país, donde hay unas 3.000 parejas, fundamentalmente en los pantanos del Ebro, los embalses de Madrid y las cuencas del Tajo, Guadiana y Guadalquivir», comenta Pardo, para quien esta nueva migración no tendrá ninguna relevancia «siempre que en el continente no aparezcan otros casos».

Lugar de origen

Para propagarse, las aves deben contagiarse en el lugar de origen y portar el virus en su éxodo. Lo más llamativo para este experto es saber cómo ha resultado contagiado el animal.

«Quizá tenga los anticuerpos, pero ha muerto de otra cosa», reflexiona mientras afirma que el ave no puede venir de ningún otro sitio «porque desde mediados de abril tiene que estar criando» y además no se han encontrado pájaros afectados desde los registrados a mediados de marzo en Alemania. «Y el periodo de incubación de la enfermedad es de unos seis días».