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IMAGEN INÉDITA. Los socialistas Rodolfo Ares y Patxi López, en primer término, frente a Arnaldo Otegi y Rufi Etxebarria. / AFP
ESPAÑA

PSE y Batasuna coinciden en que el futuro político del País Vasco es «tarea de todos»

Patxi López exige a la coalición ilegalizada que regularice su situación si quiere ser interlocutor válido en el proceso de paz, durante su primer encuentro público

L. LARRAÑAGA / R. GORRIARÁN/COLPISA. S. SEBASTIÁN / MADRID
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Hora y media de reunión entre el Partido Socialista de Euskadi y Batasuna sirvió para que constataran que la construcción del futuro político del País Vasco es «tarea de todos» y nadie puede quedar al margen. Fue una de las escasas conclusiones comunes extraídas de la primera reunión oficial de la historia entre ambas formaciones. El líder de los socialistas, Patxi López, emplazó al partido ilegal a que regularice su situación para ser considerado «interlocutor político» y volver a reunirse con el PSE. El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, replicó con una exigencia de respeto «sin ningún tipo de limitación» a la decisión que tomen los vascos sobre sus relaciones con España.

El escenario fue un hotel de San Sebastián a las 10.00 horas y en medio de una expectación inusual. Patxi López y Arnaldo Otegi, con una foto mural de la bahía donostiarra como telón de fondo, comparecieron por separado tras el encuentro para formular sendas declaraciones sin admitir preguntas. El único común denominador de sus parlamentos fue que el futuro político de Euskadi es una tarea que compete a todos los partidos, sin exclusiones. Hecha esta declaración de principios, no hubo más avances, aunque, en palabras del líder socialista, «los resultados se verán en el futuro».

El hecho relevante, sin embargo, no fue la ausencia de acuerdos sino la reunión en sí, la primera en la historia con carácter oficial entre los líderes de los dos partidos. Los anteriores secretarios generales del PSE, Ramón Jáuregui y Nicolás Redondo Terreros, mantuvieron encuentros secretos y extraoficiales con representantes de Batasuna, pero nunca con luz y taquígrafos. El encuentro, según admitieron desde las dos formaciones, es un indicador de los nuevos aires que soplan en la política vasca tras el alto el fuego de la banda ETA.

Metáfora fotográfica

Tanto López como Otegi se aferraron a la metáfora fotográfica para valorar la cita, y mientras el líder del PSE habló de «una foto inédita y extraordinaria» que «ojalá sea el anuncio de un nuevo tiempo», el portavoz de Batasuna, más entusiasta, consideró que fue «una foto de gran calado político y de importancia extrema» que, reconoció, «nunca se había producido». Otegi también fue más vehemente para explicar que la entrevista se desarrolló con «absoluta sinceridad». López, más parco, se quedó en que fue «correcta y sincera».

El secretario general del PSE admitió que en la conversación hubo enfoques «distintos» ya que mientras la delegación de Batasuna, formada por Otegi, Rufi Etxebarria y Olatz Dañobeitia, pretendió «avanzar en posiciones políticas», la socialista eludió los compromisos políticos y condicionó futuros encuentros a que su interlocutor sea una fuerza legal. Para que el encuentro se repita, sostuvo, «la izquierda 'abertzale' tendrá que dar el paso hacia la política alejándose de la violencia». Sólo a partir de ese momento, y siempre que recupere la legalidad, podrá ser «interlocutor político» y participar en la mesa de partidos que se constituirá en el País Vasco el próximo otoño.

López, quien acudió a la cita acompañado de Rodolfo Ares, dijo que excluir a Batasuna de los contactos políticos es un error porque «son tan necesarios como los demás» grupos políticos «para construir este país de común acuerdo» ya que, con independencia de su proscripción legal, forman parte «de la sociedad vasca». Su concurso, prosiguió, es inexcusable porque «el objetivo es ampliar los consensos para definir el marco de convivencia» entre Euskadi y España, y el de los vascos entre sí. El secretario general del PSE apuntó que «por primera vez en nuestra historia» se ha abierto una puerta a «la esperanza», y en esta etapa «todos somos necesarios». Otegi desplegó un discurso conciliador en el que combinó contención y optimismo. Con un inusual tono moderado, evitó mencionar hablar de autodeterminación y territorialidad, términos siempre citados en las intervenciones de Batasuna como requisito insoslayable para llegar a acuerdos. El portavoz del partido ilegal apenas hizo dos alusiones a estos postulados, aunque de forma sutil. Señaló que España tiene que respetar el derecho de los vascos a decidir su futuro político «sin ningún tipo de condicionamiento», un mensaje en dirección contraria al de Rodríguez Zapatero, quien ofreció asumir esa decisión siempre que respete los procedimientos legales y se enmarque en la Constitución y las leyes. En relación a la territorialidad, anunció la intención de Batasuna de reunirse con el Partido Socialista de Navarra y el de Francia.

El portavoz de la coalición reconoció «la valentía» de quienes han mantenido abiertos los canales entre ambas formaciones y han hecho posible la reunión de este jueves ya que antepusieron «los intereses de justicia y paz a los de sus partidos». Otegi indicó que, gracias a esos desvelos, Euskadi está ante «una oportunidad histórica» de resolver su futuro, un objetivo en el que se debe «respetar la pluralidad y las tradiciones democráticas del país» a través del diálogo «multilateral» del que «no se puede excluir a nadie». El dirigente independentista sostuvo que en este proceso «el protagonismo» debe ser de «todos» ya que en las «aritméticas democráticas las victorias y derrotas no son de nadie sino de todos». Hecho este reconocimiento general, no resistió la tentación de recordar que el método de las mesas de diálogo entre partidos, por un lado, y de el Gobierno y ETA, fue una propuesta de Batasuna formulada en noviembre de 2004 en el velódromo de Anoeta. Un recordatorio, dijo, que no responde a «un falso orgullo ni pretendemos restregarlo en la cara a nadie», aunque «nos sentimos satisfechos».