PAN Y CIRCO

Alonso vuelve a curarse en salud

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Alonso visita hoy el Circuito de Jerez. Será algo fugaz, a lo que nos tiene ya habituados. Ver, probar, correr y huir. No está el horno para bollos. Traspasado el ecuador del Mundial, el piloto asturiano comienza a jugarse de verdad la posibilidad de revalidar su título. Lo tiene en sus manos, ésas que pilotan con destreza el monoplaza; lo tiene en su cerebro, ése que le sirve para leer con frialdad cada carrera; y lo tiene en sus declaraciones. Sí, como leen: en sus declaraciones. Su privilegiado olfato le permite adivinar a la perfección qué ambiente se cuece dentro y fuera de los circuitos, en el box de los rivales y en el suyo propio -que a veces es mucho más importante si cabe-. El anuncio de su compromiso por McLaren antes de iniciarse la temporada provocó su primera reflexión en voz alta con una doble intención más que evidente. Pese a recalar en el futuro en la competencia, tenía confianza ciega en Renault, en su apoyo incondicional para revalidar la excelente campaña que ambos habían cuajado, alcanzando un histórico doblete. Sin problemas. Prueba superada. Alonso comienza arrasando y la armonía entre la escudería del rombo y el piloto es total. Sin embargo, el GP de Indianapolis ha abierto una mini crisis en la relación. Alonso se ha quejado amargamente de la escasa potencia de su motor en comparación con el de Fisichella y Denis Chevrier, responsable de los motores de Renault, le ha respondido asegurando que no supo poner el coche a punto. En Francia los problemas deben desaparecer porque el Príncipe de Asturias contará con la nueva evolución del motor RS26, marcada con la denominación C. El propulsor ofrece unas tres décimas de mejora por vuelta, lo que supone la mejor mejora del año para Renault. Él, para curarse en salud, ya ha soltado su perlita. Como cuando advirtió que para que Jerez pudiera acoger un GP, se tendría que volcar más gente. Y aquí está él para darle uso y sumarse a la causa...