Sociedad

Una prueba de fuego

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La segunda misión de un transbordador espacial tras el accidente del 'Columbia' es una auténtica prueba de fuego para estas naves. En 2003, los vuelos de la flota habían pasado a ser considerados como algo rutinario. Y entonces estalló el 'Columbia' sobre Texas, como diecisiete años antes lo había hecho el 'Challenger'. En total, dos accidentes y catorce muertos.

Para colmo de males, el comité de sabios que investigó la tragedia de hace tres años concluyó que el desastre se debió a la desidia de la NASA. El accidente, dictaminó, «no fue algo casual, sino el producto de la historia del Programa del Transbordador Espacial y de los sistemas de gestión». Las causas «hunden sus raíces, en mayor o menor grado, en la historia de la NASA y la cultura del programa de vuelos espaciales tripulados», senteciaron los expertos.

Desde hace una semana, todos los ojos están puestos en la plataforma 39B del Centro Espacial Kennedy en Florida, donde el 'Discovery' espera amarrado a recibir luz verde para despegar. La incógnita es si lo hará y, en caso de que así ocurra, si el vuelo volverá a ser 'rutinario', como los anteriores a 2003, o los astronautas se enfrentarán a las mismas incertidumbres que sus colegas hace un año. En el segundo de los casos, es posible que los transbordadores fueran definitivamente aparcados.