Una cita brillante y vocacional con el conocimiento

Los cursos de verano de todas las universidades españolas añaden a la tarea docente del año académico un componente vocacional, placentero, que añade un factor de calidez a la labor académica co-mún. Ese matiz, que los ha convertido en iniciativas crecientes en calidad y cantidad, encuentra en Cádiz el respaldo de una organización comprometida que, encabezada por Virtudes Atero, ha sabido ampliar y diversificar los contenidos hasta convertirlos en referencia para cualquiera que albergue curiosidad. La edición abierta ayer compagina el interés mayoritario de muchos alumnos (contenidos de Salud e Idiomas, sobre todo) con un debate sobre 1812 que hace coincidir lo mejor del pasado y el futuro de la ciudad. Incluso hay espacio para homenajes tan merecidos como el del profesor Peñalver. La fiesta estival del conocimiento ha comenzado.