Presidenta
Actualizado:La Sexta ha empezado a presentar algunas cosas muy notables. Pocas, ciertamente. Y junto a ellas, también una buena ración de morralla. Pero para que nadie vea hostilidad manifiesta, empecemos por las notables, capítulo donde lo más rutilante es la serie norteamericana Señora presidenta, que la semana pasada aterrizaba en la noche del jueves con campanillas y programación especial, y que ayer repetía pase a las cuatro de la tarde. Señora presidenta, cuyo título original debería traducirse como Comandante en jefe, es una historia creada en la Touchstone por Rod Lurie y producida por Steven Bochko, esto es, tres nombres de primera.
Planteamiento: el presidente de los States muere súbitamente y su vicepresidenta escala hasta la cúpula de la Casa Blanca. La serie ha tenido gran éxito en los Estados Unidos, donde le ha valido un Globo de Oro a su protagonista, Geena Davis, que encarna a la ficticia presidenta McKenzie Allen. Junto a la Davis, en el reparto hay nombres como Donald Sutherland (que hace de malo, para variar) o Peter Coyote, que se dejaba ver en este estreno como vicepresidente de la señora.
Ante todo, una cuestión de orden: La Sexta anunció inicialmente que Señora presidenta iba a emitirse a partir del 14 de julio todos los viernes por la noche, pero en la página web de la cadena se indica que será en la noche de los jueves desde esta misma semana. Sería aconsejable que La Sexta deshiciera los equívocos: si no sabemos cuándo se emite, ¿cómo la vamos a ver?
En cuanto al producto: hace honor a su fama. Exhibe una puesta en escena muy lujosa, las interpretaciones son apabullantes, el ritmo está medido al segundo, el guión se ha escrito con mano maestra. Quizá se le puede reprochar, en los parlamentos, un exceso de aclaraciones, de referencias redundantes, de frases demasiado obviamente dirigidas a que el espectador se sitúe, lo cual resta frescura a la narración; pero cabe suponer que esto afectará sólo a los primeros episodios.
En la puesta de largo de la serie, la cadena nos vistió a la debutante con un post especial compuesto por declaraciones de distintas mujeres que ocupan cargos de relevancia en la vida pública española. La idea no era mala, pero La Sexta había recogido esos testimonios con una finalidad tan descaradamente promocional que, una vez pasados por la mesa de montaje, aquello parecía un documental publicitario. Curiosamente, el episodio de estreno tuvo menos audiencia que este publirreportaje. Hablamos, en todo caso, de cifras irrelevantes: unos 200.000 espectadores. Pero esto ya forma parte de los problemas específicos de La Sexta. La serie es digna de verse y de discutirse. Una buena adquisición.