Larga vida al 'rey' Ricardo
Paró tres penaltis a Inglaterra y guió a Portugal a la segunda semifinal mundialista de su historia
Actualizado:Ricardo volvió a ser el héroe de Portugal. Si hace dos años, en los cuartos de final de la Eurocopa, detuvo una pena máxima a Vassell y anotó la decisiva, en Gelsenkirchen rizó el rizo. Estuvo inmenso al desviar los lanzamientos de Lampard, Gerrard y Carragher, que se dice pronto. Sólo consiguió batirle en esa dramática suerte Hargreaves y encima llegó a rozar el balón. Lección magistral. Primero fijó a los rivales con la mirada, luego les puso de los nervios con sus movimientos y les adivinó la intención. Los ingleses cayeron en su trampa.
El 'rey' Ricardo decidió otro choque trepidante entre dos viejos rivales al que sólo le faltaron los goles y en el que sobró el pisotón en sus partes del 'niñato' Rooney a Carvalho, que dejó a los ingleses con 10 hombres una hora y cuando mejor jugaban. Fue una acción imperdonable, clave para el enorme éxito de los lusos, semifinalistas de un Mundial por segunda vez.
Hace 40 años, la Inglaterra de Bobby Charlton apeó de la final a la gran Portugal de Eusebio. Pero las 'Quinas' se han tomado revancha. Y no digamos Scolari, a quien los ingleses tendrán que fichar si no quieren rendirse siempre ante él. Los ha apeado de los tres últimos campeonatos, uno con la 'canarinha' y otros dos con el grupo guiado por el incombustible Figo.
Que estos clásicos rivales se tenían ganas no lo podía disimular nadie. Ni siquiera Beckham y Figo con su dicharachería inicial. La procesión iba por dentro. En cuanto mandó arrancar el argentino Elizondo, se palpó la tensión. Los contendientes pelearon a muerte cada balón dividido, se lanzaron al suelo, metieron la pierna, la cabeza, lo que hiciera falta. Aunque tanto Scolari como Eriksson demostraron con sus planteamientos que son 'amarrateguis' -el primero porque apostó por el defensivo Tiago en lugar de Simao y el sueco porque situó a Hargreaves como medio defensivo, muy cerca de los centrales-, unos y otros salieron a toda mecha, sin reserva alguna. Portugal quiso asumir el control mediante el dominio del balón e Inglaterra buscó comerse al adversario desde el físico, la presión.
Ataque de nervios
Picados por la dureza y las triquiñuelas de los lusos ante Holanda, los ingleses decidieron suministrarles su misma medicina. En apenas un cuarto de hora, Ashley Cole pisó a destiempo a Figo, Hargreaves 'acarició' a Cristiano Ronaldo y Beckham dijo aquí estoy yo a Nuno Valente. Scolari, viejo zorro, decidió comenzar a jugar su partido y comenzó la presión sobre el árbitro.
Ciertamente, al choque no le faltaba ritmo, ni intensidad; pero sí calidad, sobre todo en los últimos pases. Ambos equipos, que se conocen a la perfección, se replegaban bien pero luego, a la hora de salir, se mostraban inoperantes. Los lusos eran incapaces de conectar con Pauleta; las correrías de Ronaldo eran abortadas; y sólo cuando Figo se venía al centro para participar en la creación, su fútbol fluía mejor. Pudieron marcar a balón parado, pero Tiago se enredó.
En el otro campo, Gerrard y Rooney, lejos de su mejor versión, tampoco se asociaban y Lampard sufría para organizar. Todos estaban cortocircuitados por el tridente defensivo portugués, e Inglaterra soñaba con alguna falta para Beckham. Ahí empezó y acabó la aportación del 'spice boy', quien se retiró lesionado a los seis minutos de la reanudación. Los 'pross' perdían en la estrategia pero ganaban profundidad con Lennon. Inglaterra parecía con más chispa y Portugal entendió que había que cambiar de proceder.
La gente estaba al borde de un ataque de nervios. El tiempo extra fue un ida y vuelta terrible. Con las tropas derrengadas, quedaban los penaltis, la coronación del monarca luso al grito de 'larga vida al rey Ricardo. 0 0