Un pacto para preservar la Costa de la Luz Del encuentro y la diferencia
Actualizado:AFederico Fernández Ruiz-Henestrosa, biólogo roteño y hasta hace poco funcionario de la Consejería de Medio Ambiente, le ha tocado asumir la Demarcación de Costas en un momento convulso como ninguno en la historia de este organismo, cuyo perfil siempre había sido más bien bajo. Pero la conflictiva salida del anterior jefe, Gregorio Gómez Pina, destituido tras haber firmado un permiso utilizado por una red de expoliadores de tesoros arqueológicos, y la posterior circular del responsable accidental recordando la legislación sobre playas, tan antigua como vulnerada, le ha dado una inusitada proyección mediática. Él parece convivir a gusto con esta pequeña fama. Habilidades no le faltan para lidiar el toro de la información, algo también poco frecuente. Es la primera vez que un biólogo y no un ingeniero está al frente de este organismo, lo que evidencia un cambio de mentalidad administrativa, acorde con la evolución del pensamiento común, más sensible ya a la necesidad de respeto al territorio. Al menos en teoría, porque en la práctica privada la coherencia no es precisamente nuestro fuerte.
El nuevo y entusiasta jefe de Costas va a tener ocasión de casar su dedicación actual con su primera vocación, que fue la de matemático, porque lo que le gusta, dice, es resolver problemas. No encontrará otro más difícil que éste de cuadrar las piezas del imposible puzzle de la ordenación del litoral, la presión inmobiliaria, el cumplimiento de la ley, las competencias de las distintas administraciones, la sostenibilidad, los intereses, el turismo, etc., en un panorama dominado por las infracciones y las ilegalidades, cuando no las malayas. Son datos de ayer mismo: Cádiz es la provincia andaluza con más infracciones a la Ley de Costas. Lo ha constatado la Guardia Civil, que cursó casi cuatro mil denuncias. La fiscalía correspondiente no da a basto. Su propuesta de lanzar un Pacto por la Costa de la Luz, encabezado por intelectuales, en el que se involucren las instituciones en decisiones plenarias explícitas, es una idea original y romántica que puede contribuir a crear una conciencia crítica contra los abusos, una mayor cultura de la protección. A la vez, habría que avanzar en la gestión integral que abandera el catedrático Juan Manuel Barragán y que, a nivel interno, Costas va a poner ahora en práctica.
Entre tanto, hoy empieza julio. En más o menos días, tendremos ocasión de volver a recorrer tramos de playas que no pisábamos desde el año pasado. Veremos las sorpresas que nos aguardan en los paisajes de nuestra infancia, hasta dónde ha llegado la ola de cemento y ladrillo del curso 05-06, qué queda y cómo sobrevive la delgada línea dorada de nuestras playas, un patrimonio común de incalculable valor que, reconozcámoslo, no logramos defender con eficacia.
lgonzalez@lavozdigital.es Busqué, en la nueva exposición de Montenmedio, a un autor que Jesús Palomino me describió como «el ronaldinho del arte actual». No recordaba su nombre, pero supe que era Gregor Schneider en cuanto doblé el último pino y ví su Cubo Cádiz, que es como se ha llamado la pieza que, como La Kaaba blanca, rechazó la Bienal de Venecia por razones de corrección política. Sobre la tierra vejeriega, y luego iluminada en la noche, la obra se carga de sentido acerca de la posibilidad de diálogo entre culturas, dentro del conjunto de reflexiones que propone Testigos, título de la muestra. Hay otras muchas piezas: estremecedoras --Salam Europe-, irónicas -Tú también puedes caminar-, descriptivas -las de Pascal Marthine Tayou-, y multidisciplinares, como el programa de radio que hará Palomino para comunicar las dos orillas del Estrecho. La presentación reunió a personalidades como Bernard Picasso, Marina Abramovic, Marc Blondeau, Alberto Campo Baeza, Juan Luis Cebrián, Augusto Delkader (miembros del patronato del NMAC), María de Corral, Alanna Heiss, directora del PS1/ MoMA; Juana de Aizpuru, Vicki Combalía, Magda Bellotti, Fernando Francés... El NMAC bate sus propios estándares de calidad, otra vez y aquí mismo.