LA COLUMNA

Conjuro contra todos los males

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Quien sabedor de previsibles desgracias de aojamiento y fascinología deseare tomar prevención contra ellas; quien fuere necesitado de ahuyentar el maleficio, la sugestión y el encantamiento; quien desahuciado de brujólogos y quirománticos buscase con ahínco el cambio de su Fortuna; quien pretendiere escapar al mal de hechicería; quien temiere la alquimia de la mirada de basilisco, el augurio de carta astral, el influjo pertinaz de la cartomancia; quien escarmentado de santeros y sanadores, de nigromantes y augures intentare mudar su infausta inflexión cabalística; quien imputado de tasaciones de intención y empeños esotéricos, pugnare por un remedio en el taller de pócimas; quien padeciere del mal de amalgama, el trasgo de mareas, el pernio de arrebato; quien sufriere de posesión cosmogónica, embeleco satánico, búsqueda de quimeras; quien temiere posesión por el Maligno, influjo de fetiches, hechizo de talismanes; quien padeciere magma de desasosiego, venganza de astrólogos, remedios de sangradores; quien sufriere delación de lumbre, hechizo de vidente, conjuro de pitonisa; quien fuere reo de abjuración, objeto de superchería, víctima de exorcismos..., mezcle en una redoma cuatro partes de estoraque; tres de aceite de espliego; dos de trementina y una de bálsamo para la perlesía; añádale una onza de fe, una puñada de esperanza y un adarme de voluntad, y lea en voz alta en noche de luna llena este conjuro para escapar de intenciones políticas demoníacas, previsiones económicas envenenadas, crispaciones sociales disgregadoras. Este ensalmo supera en eficacia al del monje Jonás Sulfurino, que en el año 1001 escribió un Tratado Completo de la Verdadera Magia, también llamado Tesoro del hechicero; al exorcismo que Max Scholten propone en el Libro de San Cipriano; a las invocaciones para mejorar la eficacia de las pócimas del Libro de los Remedios, de San Ambrosio. Y a lo mejor es capaz de librarnos de futuros fracasos deportivos demoledores.