«El Cádiz es un paso adelante en mi vida»

Simpático y agradable, natural, sencillo y comprometido. Aficionado del Carnaval gaditano y de la idiosincrasia de esta ciudad. A Óscar de Paula le bastó un cuarto de hora para ganarse a la prensa y a la hinchada amarilla que le acompañó en el día de su presentación, y desterrar la mala fama que le precede de su última época en San Sebastián.

Tiene apellido de diestro y ayer se resguardaba en una mesa que le servía de burlaero ante el acoso de tantos medios, «no me esperaba tanta gente», se sorprendía. Como todos los toreros, sentía «ese gusanillo aquí en el estómago. Estoy nervioso y tengo esa sensación que creo que es positiva porque demuestra que estoy muy ilusionado».

Nervioso en su primer día

Cuando se le pregunta por qué ha escogido al Cádiz en lugar de decantarse por otra oferta, el delantero coge el coro por los cuernos y se sincera: «Me ha marcado el interés que han mostrado en mí. Un equipo que me quiere ha sido prioritario y me ha servido más que jugar en Primera. Además, para mí es un paso adelante en mi carrera porque no puedo venir a un club sin involucrarme al 100%». Y menos al Cádiz, «un club especial y muy familiar al que no se puede venir a medias, sino a darlo todo».

Para él es muy importante ese empeño del Cádiz por traerle. Hace pocos días se desmarcaba en una entrevista señalando que se sentía poco valorado en la Real. «Es pasado y sólo pienso en el presente, pero es verdad que por momentos no me sentí valorado. Delanteros nacionales que hayan sido titulares en Primera durante once años se pueden contar con los dedos de una mano».

El futbolista, nacido en Durango (Vizcaya) aunque de familia extremeña, asegura que «me voy a dejar el pellejo, porque me gusta implicarme en todo lo que hago. Si no, no hubiera estado once años en la Real Sociedad. Ahora formo parte de este proyecto tan importante y espero estar aquí muchos años, pues vine a eso, dar muchas alegrías y lograr mi objetivo: rendir al máximo y lograr subir a Primera División».

Destaca a Oli, pues fue «el artífice del fichaje. Hablé con él y me hizo ver que estaban interesados en que viniera. Me ha hablado del club, la afición y me ha animado mucho». Reconoce que «es un valor añadido que el entrenador sea un 9, un delantero centro. Podré aprender cosas de él y enseñarle algo porque también llevo mucho tiempo en esto».

Óscar De Paula tiene 31 años y por eso ha firmado por una temporada con opción de renovar si juega 25 partidos, al igual que los demás veteranos ya que esta es la política del club. Le encantaría retirarse aquí, «aunque yo tengo ahora mismo el gusanillo como si tuviera 20 años. Es por la ilusión que tengo, como antes de un partido. Estoy deseando que llegue el día 11 para ponerme a entrenar y a competir».